1. Clara la masoquista


    Fecha: 08/03/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... te dejes cuidar por él, has vivido una experiencia demasiado intensa y has de tener reposo absoluto las próximas veinticuatro horas."
    
    Intenté decir algo pero no tuve ni fuerzas. Escuche como salían los dos, Steve seguía hablando con cierta preocupación por mi y el Dr. Marcos repetía que no se preocupase, que todo iría bien y que mañana le llamaría para ver que tal estaba.
    
    Me debí de quedar dormida de nuevo y me desperté cuando noté que soltaban mis sujeciones. Todos mis músculos estaban dormidos, sin fuerza, mover un brazo era como mover una piedra de cien kilos. Steve me hablaba con un cariño que nunca había sentido en nadie, me decía que no me preocupase, que él se encargaba de todo. Intenté decir algo cuando me quitó la mordaza pero no pude, tenía la mitad inferior de la cara agarrotada. El siguió diciendo que me dejase llevar, me cogió en brazos, me llevó al piso de arriba y me metió en la bañera con agua caliente, aun tenía puesto el antifaz, pero me agradaba estar en esa oscuridad, reforzaba cualquier contacto ó sonido que recibiese. Una vez dentro me lavó muy suavemente, como si fuese el objeto más delicado de la tierra, hizo que me sintiese protegida, segura, incluso amada, algo que nunca antes había sentido.
    
    Cuando terminó de lavarme me sacó de la bañera, me secó con un cuidado inmenso y me llevó a la cama arropándome delicadamente mientras me daba un suave beso en los labios que fue como una descarga eléctrica de placer, pero no de un placer sexual, fue ...
    ... algo mucho más profundo que me dejó muy confundida. Volvió unos minutos después para darme de comer un puré que era lo único que el agarrotamiento de mi boca me permitía comer, pero estaba muy rico. Cuando terminé de comer, Steve me quitó el antifaz. Estaba todo en penumbra, a mis ojos les costaba enfocar y Steve, era tan solo una silueta a mi lado. Quise decir algo, pero no pude y me quedé dormida.
    
    Epílogo.
    
    Ya han pasado más de veinte años desde aquel día y mi coño ha permanecido clausurado desde entonces, aunque el trabajo de Steve fue muy bueno y tener el clítoris y los labios internos expuestos permanentemente ha sido una fuente de placer y de dolor exquisita.
    
    Por cierto, Steve y yo fuimos pareja durante varios años, pero mi masoquismo le superaba y hace más de diez que me dejó, en todo este tiempo nunca he podido olvidarle y tengo la esperanza de que si nos reencontrarnos algún día quiera tenerme a su lado de nuevo.
    
    En cuanto al Dr. Marcos, siguió siendo mi ginecólogo hasta que se jubiló hará un par de años, bueno, también fue mi guía en el mundo del masoquismo y gracias a el, pero en especial a su mujer, una Domina profesional que me acogió como su ayudante durante varios años, pude descubrir mis verdaderos deseos. Ahora me atiende su hijo, apenas tiene treinta años y le falta mucho que aprender, pero su padre le enseñó muy bien como tratar a pacientes como yo.
    
    El resto de mi vida ha transcurrido casi sin problemas, se puede decir que el único momento ...
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