1. Siempre lo había deseado…


    Fecha: 17/06/2017, Categorías: Infidelidad Autor: andr2001oid, Fuente: RelatosEróticos

    ... pidiendo más. Empezaba a estar cansado pero no podía desaprovechar la situación, tenía que darlo todo, y le metí un segundo dedito en el culo. Los dos deditos se movían con bastante facilidad dentro de su agujerito y ella ya los sentía porque tan solo gemía y gozaba, ya no hablaba. Antes de que pudiese decir algo quise probar con un tercer dedito en su culo a lo que dijo - ¿qué haces?, Tres no caben – Y yo le demostré que si mientras seguía metiéndole la pollita hasta el fondo y alternaba mis embestidas con las de mis deditos en su culo. Empezó a gritar – Cabrón, ahh!, cabrón, no pares, aaahhh! – Le pregunté - ¿no es lo que querías? ¿Que te follaran bien? Y en ese momento ya no pudo responder, soltó un grito que le salió del alma, parecía que algo se rompía dentro de ella, encogía como podía su cintura y sus músculos se tensaban al máximo. Sus gritos eran cortos, fuertes y entrecortados... por un momento me asusté pero después vi que eran gritos de placer y seguí follándola con mi pollita, poco a poco saqué mis deditos de su culo y ella no paraba de gemir, gritar cada vez más bajo y jadear... - Ahora me toca a mi – le dije y saqué mi pollita de su coño para meterla en su culito, ella estaba extasiada y creo que ni ella misma era consciente de lo que estaba haciendo en ese momento. Apretó su culito hacia mi y prácticamente se la metió ella misma, su culito engulló mi pollita y me puse a bombear cogiéndola fuerte de la cientura. La tenía mucha más apretada que en su coñito y ...
    ... eso me excitaba más... –Córrete – me decía, - quiero que me inundes de leche mi amor. Córrete en mi culooooo... Y eso hice, la bombeé durante unos segundos más hasta que le apreté muy fuerte la cintura hacia mi cuerpo y sintió como mi pollita entraba hasta lo más profundo de sus entrañas, mis huevecitos tocaban su culo y su coñito y yo soltaba un grito desgarrador mientras sentía como llenaba de leche su cuevecita. Pensaba que no me podía quedar nada de leche pero... me equivoqué...
    
    Nos quedamos tumbados en la cama uno al lado del otro, sudando mucho, abrazados... Nos quedamos dormidos rápidamente, estábamos agotados. No recuerdo una sesión de sexo tan buena como esta. Horas más tarde me desperté, ella seguía durmiendo. Ya había amanecido y tenía que ir a un curso. No tenía nada claro si iría pero, por si acaso, me levanté sigilosamente y decidí darme una ducha. La habitación y nuesros cuerpos olían a sexo. En mi mente no dejaban de pasar todas las situaciones y conversaciones de la noche anterior. En su habitación había una ducha distinta a la mía, era más grande, estaba oblicua, en una esquina, era un pequeño jacuzzi y tenía un pequeño asiento en la esquina. Preparé el agua calentita y me metí en la ducha, me senté en el asiento y empecé a ducharme con el agua calentita por encima de todo mi cuerpo. ¡Qué sensación más agradable! Llevaba unos cinco minutos con el agua calentita recorriendo mi cuerpo, sin enjabonarme cuando escucho que se abre la puerta del baño y me dicen – ...
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