1. AMO Y ESCLAVA


    Fecha: 06/02/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues

    ... sentamos a la sombra del alero y abrimos un par de latas de cerveza. Nuestra conversación divagaba sin un tema específico cuando sonó mi celular, Alejandro estaba al otro lado, me dijo que me preparara, por la noche tendría un trabajo para mí, esos me excitó sobremanera, vivía pendiente de sus deseos. Mariana me miró con recelo, quería sacarme palabras que no estaba dispuesta a largar, intuía que algo le ocultaba, pero solo me excusé con temas laborales, aunque creo que ella nunca me creyó. Llegada la noche, luego de bañarme, ajusté un sexi conjunto de ropa interior sobre mi piel, en tono turquesa, esos que una guarda para ocasiones especiales, calados, lleno de transparencias y de diminutas dimensiones, un perfume muy pegajoso, pintura para el rostro, algunas alhajas y un adherente vestido negro tipo látex que a mi amo le encantaba que usara, marcaba mi busto, mi cintura y las curvas de mi trasero, por suerte aun me conservaba en muy buena forma, con este tipo de prendas el límite entre puta y ridícula es muy fino. Por último, mis infaltables zapatos de altos tacos que me regalaban unos generosos quince centímetros de altura. Pedí un taxi por teléfono y en la espera me aseguré que cada cosa estuviera en su lugar, el espejo de pared me devolvió la imagen de una mujer pulposa, provocativa, con un sex appeal muy lejano de esa joven que todo el mundo conocía. El viaje fue ameno, el taxista intentó enhebrar una conversación que no estaba dispuesta a seguir y respondía con ...
    ... monosílabos a su verborragia, prefería concentrarme en mirar por la ventanilla las luces de la ciudad, el cielo se mostraba limpio y estrellado. Alejandro me esperaba en el umbral de su casa, al verme pude notar su rostro descontracturado, con sus ojos masculinos perdidos en mis curvas femeninas Cómo anda mi perra? estás espectacular… Sonreí casi sin mirarlo a los ojos, como gesto de obediencia. Subimos a su coche, y fuimos a un restaurante de medio pelo, ni bueno ni malo, nos sentamos en una mesa un tanto apartada, él se sentó a mi derecha, donde ambos podíamos tener una buena visión del salón. Cenamos tranquilamente, me intrigaba que tarea me daría, no hablaba mucho y me excitaba imaginando. Ya en el postre, mientras comía una copa helada el discretamente deslizó una mano bajo la mesa apoyándola en el interior de mis muslos, subió lentamente hasta llegar a mi sexo, abrí las piernas para permitirle el acceso, sentí sus dedos introducirse en mi conchita, solo en ese momento levantó la vista de su postre para susurrarme Putita, estás toda mojada… Y prosiguió Ves esos jóvenes que está cenando allá? Esos que hacen bastante bullicio… Había siete chicos de unos veinte años en una mesa a medio salón, asentí con la mirada Ok, escucha bien, mientras terminas tu crema helada elige a uno, el que más te guste, luego iras en su dirección y lo vas a seducir, dile lo que quieras pero apártalo del grupo, lo invitarás al parque que está acá a tres cuadras, buscarás un lugar en penumbras y le ...
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