1. El ansiado viaje


    Fecha: 02/02/2018, Categorías: Gays Autor: Dante45, Fuente: CuentoRelatos

    Desde siempre he sentido atracción tanto por mujeres como por hombres, pero este comportamiento bisexual lo he mantenido en extremo secreto, aun así, he estado con casi tantos hombres como con mujeres, aunque mi deseo de un cuerpo masculino con quien liberar mi energía sexual se había desbordado últimamente; me gusta hacerme llamar Sergio, tengo 21 años, soy moreno, ojos oscuros, de estatura y complexión normal, vivo en Bogotá, Colombia. Lo que voy a relatar comenzó un día cuando entre a una página de cibersexo en la cual aparece alguien aleatorio en la pantalla y si te gusta le escribes, si no, le das siguiente; había entrado antes y me gustaba lo que se podía ver y hacer allí; cuando entre vi varios tipos, nada importante, hasta que apareció un muchacho de mi país que me llamo la atención, moreno, de gafas, con pinta de ser serio y varonil, como me gustan los hombres, nada de plumas; empezamos a hablar, dijo que tenía 21 años también y que vivía en Manizales, una ciudad a más o menos 400 km de Bogotá, al principio buscaba lo de siempre, alguien con quien compartir una paja; hablamos un rato de cosas que nos gustaba hacer respecto al sexo, pero también hablamos sobre cosas que no tenían que ver con lo sexual, cosa que me agrada hacer; luego de chatear un buen rato y de subirse la temperatura, intercambiamos usuarios de Skype para seguir hablando allí.
    
    La conversación por Skype ya se volvió mucho más sexual, los dos ya queríamos masturbarnos contemplando al otro; siento ...
    ... un gran fetiche por la ropa interior y jugamos a desvestirnos por la cam, vi que tenía un buen cuerpo y cuando quedo en boxers sentía una excitación aun mayor, tenía un buen bulto, cuando se los quito observe su verga, gruesa y muy apetecible, nos hicimos una rica paja y después de venirnos quedamos de ir a limpiarnos para luego seguir hablando, esto no lo había hecho antes, pero no sentí tanta extrañeza de hacerlo como pensaba, el (quien tenía como nombre en Skype Sebastián) me había parecido una persona muy agradable, además de guapo.
    
    Ya estando libres de la carnalidad y la lívido hablamos de cosas mucho más personales, cosas que incluso no le había contado a nadie, tras hablar mucho y de muchas cosas quedamos de conectarnos al otro día, me sentía extraño de volver a hablar con alguien que había conocido en esa página de cibersexo, pero el haberle contado tantas cosas que simplemente no podía contarle a nadie más me hacía sentir mucho mejor conmigo mismo, me permitía liberar mi mente e incluso mi alma de muchas cargas que me llegaban a atormentar.
    
    La segunda vez que hablamos solo hicimos eso, hablar, sin nada de paja, pero si algo de “coqueteo” con gestos, movimientos y toqueteos, esa segunda vez el vínculo comenzó a crecer aún más, convirtiéndose en una interesante amistad, sin ninguna otra clase de sentimientos involucrados, haciendo que quedáramos de hablar por tercera vez, y eso llevo a una cuarta y así sucesivamente.
    
    Durante las muchas veces que me conectaba a ...
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