Vaquero en el ardiente oeste - Relatos Eróticos

Vaquero en el ardiente oeste

... su diminuta cintura y sus gruesos muslos se cerraban en un hermoso y recortado vello pubico por donde se asomaban unos gruesos labios vaginales  Se sumergió y como una diosa surgió con su larga cabellera chorreando de agua. Se empezó a enjabonar frotándose en círculos los pechos, como disfrutando cada movimiento. Para ese momento, no pude evitar que se me parara la verga, y bajándome los pantalones, me empecé a masturbar, cuidándome de no ser sorprendido en la  peligrosa situación de estar mirando desnuda a la mujer de mi patrón. Jane, como sintiendo que la estaba observando, volteó hacia el lugar donde me encontraba, y con una pícara sonrisa  bajó su mano derecha hacia su Conchita, y empezó a tocarse cerrando sensualmente sus ojos y empezó a masturbarse frenéticamente. En ese momento, sentí unos deseos de arrancar, abrazarla y penetrarla sin importar nada, pero el temor de ser sorprendido me lo impedía, así es que decidí gozar siendo guiado a distancia por el hermoso espectáculo que estaba presenciando. Cuando observé que Jane se contorsionaba como anunciando un primer gran orgasmo, yo también empecé a sentir la sensación de que se avecinaban unos chorrones de caliente semen. Jane como poseída, con fuertes gemidos, empezó a tener una serie de orgasmos multiples, yo no pude contenerme y de mi verga salió disparado un tremendo chorrón de semen y fue tan fuerte que caí acostado  sobre el pasto,  quedando exhausto y satisfecho. Esa era la primera gran felicidad que me regaló esa hermosa mujer.