1. Cómplices sexuales


    Fecha: 26/01/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Bull, Fuente: CuentoRelatos

    Todo inició en ese bar de la Hacienda que tiene mesa una hermosa mesa de billar.
    
    Habías ido a visitarme después de la última pelea con tu esposo. Sabías que la distancia era larga pero lo que te esperaba valía la pena. Llegaste a la hora acordada y salí a recibirte al patio principal, desde que abrí la puerta de tu auto pude ver el generoso escote que llevabas dejando casi libres tus pezones, desde ahí empezó a subir la temperatura, bajaste de auto y te invité a pasar al bar para tomar una copa de tu champagne favorito que ya tenía preparada y helada, empezamos a hablar de cosas sin sentido hasta que pediste jugar un partido de pool, nada me dio más gusto que esa petición, iniciaste abriendo el partido y desde que te apoyaste en la mesa pude ver tus largas piernas enfundadas en esas mallas blancas, parecían que eran parte de tu piel, cada movimiento y agachada qué hacías me dejaba ver una parte diferente, desde tus paradas nalgas hasta tus labios mayores tratando de salir de su encierro. No llegamos ni a la bola 8 cuando no resistí más y te tomé por detrás, besando tu cuello y orejas, podía sentir como se enchinaba tu piel.
    
    Empecé a desnudarte hasta dejarte solo con sostén tu microtanga y tus tacones altos, te recosté sobre la mesa de billar y amarré tus manos a la misma, tenía unas plumas de pavo real que me quedaban a la mano y con estas empecé a recorrer tu cuerpo viendo cómo se erizaba aún más tu piel, los pezones estaban tan parados que los podía ver a través de ...
    ... la tela, cada vez que pasaba la pluma por los lados de tus piernas emitías un riquísimo quejido y a la ves veía como tu pequeña tanga se humedecía, la retiré poco a poco, ya estaba listo para saborearte, tus manos seguían amarradas haciendo ver tu pechos enormes y redondos, me alejé un momento de la mesa ya que recordé que tenía un juguete nuevo para ti en uno de los cajones de la contrabarra, tu jadeo era ya imparable, como si me estuvieses pidiendo que te lamiera, baje un poco el volumen de la música para oír mejor tus pujidos, regresé a la mesa con el juguete en mi mano, un par de enormes y cromadas bolas chinas, para ese momento ya habías mojado la mesa de billar, había una mancha increíble abajo de ti, abrí tus piernas y empecé hacer lo que tanto deseabas. Te dejabas llevar, dejando tu cuerpo totalmente a mi disposición y confiando plenamente que este momento iba ser inolvidable.
    
    Tome un vendaje, te tape los ojos, desate tus manos, sabías que ibas a disfrutar sensaciones exquisitas manipuladas por mí. En ese momento tu solo decías… "¡Cógeme con tu boca… ya lo necesito! Sabía cuál era tu deseo así que bajé por tu cuerpo besándolo como un loco hambriento deseando que llegaras a un orgasmo por la agilidad de mi boca. Bajé muy sutilmente con mi boca tus medias y empecé a contemplar una sexy tanga de encaje fino color blanca que me puso más caliente. Ya no podías más, tu cuerpo se retorcía y solo me ordenabas diciendo… Ahora cómetelo, a lo que yo sin dudar obedecí.
    
    Te ...
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