1. Mi historia con Abril II: Acercamiento.


    Fecha: 18/01/2018, Categorías: Fetichismo Autor: joshsanz, Fuente: RelatosEróticos

    ... todavía con algunas gotas de agua, señal de que la había lavado en la ducha. Desprendía un ligero aroma a jabón, pero buscando pude oler los restos de un olorcillo en la parte que seguramente tenía incrustada en la vagina y el ano. Imaginar a Abril con esa prenda entre sus grandes nalgas blanquitas me provocó una dolorosa erección; sin embargo, me reservaba para el cesto, así que la coloqué nuevamente donde estaba y proseguí.
    
    Finalmente estaba ante "el cofre del tesoro". Se notaba que había lavado algo de ropa, pues estaba un poco más vacío. Las bragas con las que me masturbé la vez pasada se habían ido. Ahora estaba su uniforme: camisa, chaleco, pantimedias, etc. Revolví un poco y encontré unos calcetines de rombos lilas con aromas débiles. Olí sus pantimedias y lo mismo, no se acercaban a las de la otra vez. Aún así metí mi pene en una de las piernas y con la suave textura me masturbé un buen rato, imaginando que abril me realizaba un delicioso footjob mientras las llevaba puestas. Mi objetivo era encontrar una tanga sucia y muy usada, pero no tuve suerte. Me pregunté si a caso la que estaba colgada sería la única que tendría. Aceleré mi masturbación y me corrí dentro, manchando la suavidad de esas medias.
    
    Cuando terminé acomodé todo y me dirigí nuevamente a su habitación. Esta vez fui directo a sus cajones y revolví cuidadosamente entre sus prendas íntimas limpias. Salieron varios bikinis, cacheteros, etc, pero no veía por ninguna parte sus tangas. Debía ser ...
    ... cuidadoso, pues cada una de estas prendas estaba prolijamente doblada, cualquier error y Abril podría sospechar que alguien estuvo husmeando en su intimidad.
    
    Estaba por darme por vencido, cuando en el último cajón, al fondo, encontré toda una hilera de tanguitas muy provocativas y atrevidas. No pude evitarlo y me restregué un par en el pene, en la zona que posiblemente un día de estos estaría metida en su culo. Ello me daba un morbo increíble, debo confesar. De ahora en adelante, cuando la viera en la mañana o en la noche, posiblemente estaría usando una de esas tangas, y esta, había estado en contacto con mi miembro; por supuesto, que ella lo ignorase, daría una sensación de esxcitación extra.
    
    Estaba por correrme otra vez, pero me controlé; quería hacer algo más, algo loco, pero no sabía qué. Podría regresar al cesto y dejar más semen en su ropa sucia, pero no lo vi apetecible. Entonces, como empoderado por una malicia infernal, me dirigí conteniendo mi descarga hasta su cocina y abrí su refrigerador. Tenía pocas cosas, probablemente no había hecho las compras: un paquete de salchichas de pavo, una jarra con agua de coco, una cacerola con pasta y albóndigas (posiblemente de la noche anterior), y un bote de yoghurt natural. ¡Bingo! Froté mi pene lo necesario en una de sus tangas verdes para correrme y disparé un buen chorro dentro, después lo revolví con el dedo para no dejar evidencias y lo sellé nuevamente. Ahora, cuando comiese, se estaría bebiendo parte de mí. Estaba muy ...