1. Mi historia con Abril II: Acercamiento.


    Fecha: 18/01/2018, Categorías: Fetichismo Autor: joshsanz, Fuente: RelatosEróticos

    Habían pasado ya dos días desde lo ocurrido con la lavadora y me sentía inquieto. ¿A caso se trataba de síntomas de abstinencia por no tener más contacto con las prendas de Abril...? Cualquiera que fuese el caso, moría de ganas por entrar de nuevo a su departamento.
    
    Lo intenté el martes, cuando ella se fue. Me dirigí raudo hacia su puerta y cuando metí la mano a mi bolsillo para sacar las llaves, la chica del 3-A salió del 3-D, y tanto la que vivía allí como ella se quedaron platicando. Fingí que revisaba el intercomunicador y estuve ahí un rato esperando a que alguna de las dos se marchara, pero las malditas urracas jamás lo hicieron; permanecieron ahí, en el portal, charlando y charlando. Al final tuve que regresar a mi departamento y ya no pude hacer nada.
    
    Ayer, miércoles, también quise hacerlo. Me levanté temprano, calenté el café, encendí un cigarrillo y me encontré con Abril en las escaleras, lo usual. Nos saludamos como de costumbre, y como cada día, quedé enamorado de su angelical sonrisa. Me dijo que estaba muy contenta porque su lavadora funcionaba a la perfección. ¡Claro que lo hacía! ¡No en balde me pasé gran parte de mi vida armando y desarmando todo tipo de modelos de esos cacharros! Cuando se fue me quedé a terminar mi café y en cuanto la vi salir a la calle regresé a mi departamento, tomé la copia de sus llaves y corrí hacia su puerta. No sé si me gané la antipatía de algún ser divino, y con ello incrementó mi mala suerte, pues cuando estaba por ...
    ... introducir la llave apareció doña Esther, según ella "persiguiendo el globo de su nieto, que volaba". ¿Era en serio...? El nieto dejó este lugar hace años, en ese momento preciso debía estarse follando a un montón de chicas en la universidad, y por supuesto, no había ningún maldito globo volando por el pasillo. Intenté ignorarle, pues ¿qué podría pasar? Quizá aunque me hubiese visto, después lo olvidaría –pensé. Pero cuando miré hacia la ventana, la pobre anciana ya tenía medio cuerpo asomado. Corrí y la jalé dentro, después tuve que llevarla a su departamento y llamar a su nieto; el sujeto aún se acuerda de mí.
    
    Hoy me desperté decidido a intentarlo una vez más. Repetí la rutina del café y el cigarrillo y salí a las escaleras; Abril no tardó en aparecerse y me saludó muy alegre con un beso en la mejilla. Su dulce perfume evocaba frescura y pureza. Estaba, como siempre, muy guapa en su uniforme de mesera. Al mirar sus pantimedias recordé el aroma que desprendían en su cesto de ropa sucia; tuve que contener mi erección. Cuando se despidió me apresuré y regresé a mi departamento por las llaves. Me dirigía cautelosamente a su puerta, cuando aparecieron el vago de la guitarra y la niña que vive en el 3-G. Recientemente he notado que ambos se llevan bastante bien, ¿qué estará pensando su madre...? Si fuese mi hija yo no la dejaría con alguien como él. Ambos pasaron a mi lado y me dieron los buenos días, correspondí y esperé hasta encontrarme solo. Entonces introduje la llave y salté ...
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