Boutique “la cariñosa” - Relatos Eróticos

Boutique “la cariñosa”

... calzoncillo… y ante la pija recontra dura… entró en acción.
	Se metió el choto totalmente en la boca. Luego lo sacó y suavemente comenzó a besar y lamer el glande. Con su tibia saliva me bañó todo el tronco. Llegó hasta los huevos y los mordisqueó suavemente. Volvió hacia la punta y puso se lengüita en el meato. Así la fue metiendo nuevamente hasta que el tronco estaba totalmente adentro. Sentía su lengua acariciándome…
-¡Nena! ¡Me vas a hacer acabar muy rápido!
-¡Aguantá! ¡Mmmmm… aguantá! Quiero que dure… mmmmm… - Yoli hablaba sin sacársela. 
Me aprieta con los labios y me toma con sus manos. Comenzó a cogerse a si misma con mi poronga. Entraba y salía… Yo estaba temblando… ¡Está buenísimo!
-¡Ahhh papito…! mmmmmm…  ¡Aguantá por favor! ¡Es tan lindo… mmmmmm… mamarte! 
-¡Ahhhhhgggg! ¡Ahhhhhgggg! – ¡No sabía cómo aguantar!
Tenía razón Yoli. ¡La iba a despeinar! Tomé su cabeza y acompañé sus movimientos con mis manos… ¡el paraíso!
-¡Ohhh! ¡Acabo…, acabo…, mamita!
-¡Si! ¡Daleeee!
-¡HAY VAAAAAA! - Descargué el primero de no sé cuántos chorros. 
Sabiendo como venía la mano, Yoli me apretaba el glande con los labios y acariciaba el meato con la lengua mientras saltaba el semen. De esa manera tenía más abierta la garganta para tragar. Apenas si quedaron algunas gotas en sus comisuras… Me limpió con la lengua…
-¡Ya está! Ahora estoy más tranquila…
-¡Fue buenísimo! Como siempre mi amor…
-Sí…, y como siempre, riquísima tu lechita. ¿Ves? Es por eso porque envidio tanto a mi ...

... hija… ¡la tenés todas las noches…!
-…y también todas las mañanas…
-Encima me lo decís… - Parecía que Yoli realmente lo sentía.
-No te preocupés. Ahora que sé dónde estás, vendré seguido…, más temprano…
-¡Siempre, siempre! 
-Cuando el trabajo lo permita. Te lo juro…
-Espero que así sea…
-Seguro…
-¿Viste qué no apareció ninguna clienta?
-Lo lamento…
-¿Por qué?
-No es bueno para el negocio…
-¡Qué me importa el negocio cuándo estoy con vos!
-Está bien. Ahora me tengo que ir.
-Ahora lo lamento yo…
	Nos besamos ardientemente, compartiendo nuestros sabores. Yoli me acompañó hasta la puerta.
-Te espero pronto, ¿si?
-Por supuesto. – Me hizo una leve caricia en la mejilla y salí.
Caminé hacia donde había dejado el auto, pensando cuando sería el próximo día para volver. Tal vez el lunes, con suerte.
A la mañana siguiente Yolanda me llamó. 
-Hola, ya te extraño.
-Si…, yo también. Sos incomparable.
-¿Cuándo venís? 
-Lunes o martes. Te aviso.
-¡Uy, cuanto tiempo!
-¡Son 4 días!
-¡Para mí un montón!
-¡Jajaja!
-¡Ah! Me olvidé de contarte. Tengo una empleada…
-¿A la mañana?
-No. Tarde solamente. No hay problema, pero te quiero contar. 
-¿Le dijiste a Ari?
-Si. Hace dos o tres semanas. Empezó hace 20 días.
-Qué raro…, Araceli no me dijo nada.
-Se le habrá pasado.
-¿Y cómo? Habías dicho que las anteriores te dieron dolor de cabeza.
-Es que esta chica es hija de una muy buen cliente…, y muy amiga.
-Ahh, entiendo…, buena amiga…
-Si, claro… 
-Vos hacés amigas ...