Boutique “la cariñosa” - Relatos Eróticos

Boutique “la cariñosa”

Todo sigue muy bien. Nació la beba de Romi, preciosa y saludable. A casa de Yolanda vamos cada dos o tres semanas, sin urgencia. No es que yo no quiera. Es Araceli quién no insiste demasiado. Obviamente no le interesan mis jueguitos con la mamá. Pero a mí sí. 
Sabía más o menos por donde andaba el negocio de Yoli, así que di algunas vueltas por la zona, hasta que me pareció ver que era alguno de esos. Era la zona comercial del barrio, unas 5 o 6 cuadras por la calle principal y 200 o 300 metros hacia ambos lados, en las calles transversales. Estacioné donde pude y recorrí el barrio caminando. Hasta que vi una boutique con una vidriera muy interesante, con algunos diseños de los cuales me parecía que Yoli había hablado. Era algo después de la 10 de la mañana. Fui justamente a esa hora porque había escuchado a Yoli comentar que en esa hora no había nadie, pero le servía para acomodar vidriera, colecciones, arreglar las cosas desordenadas en el día anterior, etc. 
La puerta estaba cerrada. Llamé con el timbre. Yolanda salió desde la trastienda. En cuanto me vio alzó los brazos como bienvenida y abrió la puerta con el portero eléctrico. Entré y vino casi corriendo hacia mí, y con la puerta ya cerrada automáticamente, me abrazó y besó muy cálidamente.
-¡Qué lindo que hayas venido! ¿Te dio Ari la dirección?
-No. Para nada. Ari no sabe que vine. Estuve buscando por el barrio, hasta que me pareció que era este.
-¡Estoy contentísima! – Yolanda estaba realmente ...

... exultante.
-También estoy muy contento de haberte encontrado.
-Es que ahora no vienen tan seguido a casa. Seguro que Araceli no quiere ¿no?
-Bueee…, no me comenta nada.
-Seguro que no le gusta vernos tan contentos y divertidos cuando jugamos…
-Y…, no se…
-Conozco a mi hija…, es muy liberal…, pero hasta ahí…
-¡Jajaja!
-Mirá…, si fueras mi pareja… a mí me parecería lo mismo… - Me hizo una caricia y me besó suavemente en la mejilla. - ¿Cómo está la bebita?
-¡Bárbara! Linda como la mamá y fuerte y saludable como el papá.
-¡Ja! ¡Cómo te das corte!
-Y…, tener otro hijo 25 años más tarde que el anterior está buenísimo…
-Se nota que tenés cuerda para rato… ¡Eso espero! ¡Así me das el gusto!
-¡Jajaja!
-Si…, dale, vení… Verificaremos que tal… - Me tomó de la mano y pasamos a la trastienda. 
Había un gran sofá y una mesa de más o menos metro y medio por lado y un par de sillas. Una cocinilla, un pequeño frigobar, armarios y estantes con mercadería…, y un gran espejo, estratégicamente ubicado, como en todos los dormitorios de Yoli. Seguro que para las clientas no era…; más bien para ver qué pasaba en el sofá. 
-Esperá, quiero protección.
-¿Protección?
-Sí, claro, para que no se manche… - Y sacó un amplio cobertor para el sofá.
-¡Ah! Creí que hablabas de condones…
-¡Sos un pervertido! ¡Jajaja! – Cubrió el sofá y me agarró el paquete. – Veremos cómo funciona…
-Hasta esta mañana a las 7 muy bien…
-Pero no le voy a preguntar a Araceli. Quiero comprobarlo personalmente… ¿sí?
-¡Pará, pará! ...