1. El Fenómeno


    Fecha: 13/01/2021, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: Fer, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... siguieron con sus vidas. Leo, a medida que iba creciendo, decidió experimentar libremente con su sexualidad. Probó con mujeres, hombres, travestis, tuvo experiencias buenas y no tan buenas. Pero siempre siguió sintiendo que le faltaba probar algo más, nunca había podido olvidar aquella experiencia por la que había atravesado de niño, con el pis de su madre y su hermana. Se había convertido prácticamente en una necesidad para él, casi sin darse cuenta, volver a ver a una mujer orinando, y hasta sentir ese pis en su piel. Tuvo varias parejas estables, todas mujeres, siguiendo el “mandato materno”. Este lo obligaba a ser un hombre heterosexual, responsable. Nunca se hubiese animado a pedirle a ninguna de ellas que le practicaran una “lluvia dorada”, se moriría de vergüenza. Ya desarrollada la internet, buscó material gráfico y audiovisual sobre el tema y descubrió que no era algo poco común, ¡había mucha gente que practicaba la “urofilia”! Eso lo alivió, no era el fenómeno que creía.
         Ser un profesional le dio la posibilidad de estar en contacto con gente muy inteligente, de mente abierta. Entre ellas había una compañera de trabajo, Melina, con la que desarrollo una cercana amistad que incluía tocar temas muy personales para ambos. Hasta se habían confesado su coincidente bisexualidad, lo que los hacía sentir más unidos. Un día, ambos se encontraban solos en su ámbito laboral y, como se daba muchas veces, iniciaron una charla sobre sexo. Fue en ese momento que Leo vio su ...
    ... oportunidad de sincerarse. “Yo tengo una perversión, me considero urofílico”, dijo. Melina lanzó una carcajada. Él se ruborizó, pensó “Bueno, hasta acá llegó esta relación, ya sabe lo enfermo que soy”. “¿Y a eso lo consideras perverso? Yo lo hice y lo sigo haciendo con todas mis parejas”. Leo no lo creía, había llegado con su amiga a un punto de entendimiento extremo. Envalentonado, el muchacho dobló la apuesta: “La verdad es que me resulta muy difícil encontrar a alguien que quiera llevar esto a la práctica conmigo. ¿A vos te molestaría ayudarme?”. Ella, contrariamente a lo que él podía pensar, se mostró muy entusiasmada con la idea y, sin más, combinaron día y hora del encuentro.
         Pasados unos pocos días, Leo y Melina se encontraron para fichar la salida de su jornada laboral. Excusas a sus respectivas parejas mediante, ambos partieron hacia un bar no muy lejano a su trabajo, donde se dispusieron a tomar varias cervezas. Se sentían raros, sobre todo Leo, que percibía que la situación con la que tanto había fantaseado se estaba por hacer realidad. Finalizada la primera botella, Melina se apresuró a pedir otra, “tengo que llenar la concha de pis”, susurró. Él sentía que su corazón latía con fuerza. Una cerveza llevó a la otra, pero ninguno de los dos se levantó de la silla para ir al baño. Ya se sentían relajados, hablaron de infinidad de temas, todos de índole sexual, esa tarde se terminaron de conocer. 
         Pidieron la cuenta apresurados, el líquido ingerido estaba ...