1. Mi mujer tan santa... tan puta


    Fecha: 23/12/2017, Categorías: Confesiones Autor: Tinta Mágica, Fuente: CuentoRelatos

    ... amaron o se aman y por diferencias y en un arranque, se lastiman. Tal vez relaciones forzadas entre pareja, pero no violación.
    
    -tal vez, como eres hombre, defiendes a los tuyos.
    
    -está bien, no entremos en controversias. Regresando al tema de tu vestuario revelador…
    
    -pues eso fue todo. Me vestí así para ti. No hay más motivos o segundas intenciones. Soy tu mujer y me agrada estar guapa para que me veas.
    
    No insistí más.
    
    En un mundo tan egoísta como el actual, ¿Quién tiene tiempo y ganas de conocer realmente a su pareja? ¿Quién se interesa por reparar los daños que hace y quien por olvidar los que le hacen?
    
    Ya me había percatado -y ahí lo corroboré- que mi amada Caro tenía una personalidad cuando estaba sobria y otra muy diferente cuando estaba ebria. En la primera, era muy cortés, sensual, excelente y fiel esposa, y en la segunda, una mujer muy dañada emocionalmente, explosiva, mal hablada y sexualmente diferente.
    
    Con la primera Caro, era imposible acercarme y hablar de cosas profundas acerca de ella. Sencillamente no se dejaba. Así que tenía que recurrir a la segunda Caro.
    
    Pero Caro conmigo, no tomaba. No hasta dejar la rigidez de su conciencia. Si acaso una o dos copas y no más. Cuando se excedía, lo hacía por alegría o confianza, como con Bety o Mario, o por dolor por su madre. No sé porque lo hizo con Soledad.
    
    Bety obviamente no se me acercaba. Mario salía solo con su esposa o bien, porque Caro se lo pedía.
    
    Caro ocasionalmente me hablaba de ...
    ... Bety, pero con muchas reservas, como midiendo palabras así que tenía que leer entre líneas –o entender-.
    
    -Bety va a salir este sábado por la tarde con unas compañeras de trabajo y quiero traerme a los sobrinos al departamento para que jueguen –me dijo.
    
    -si, está bien. Supongo viene Mario.
    
    -pensaba solo en los sobrinos, pero si quieres le digo a Mario que venga
    
    -para que no se quede solito en su casa.
    
    -¿quieres que prepare algo de comer?
    
    -no, nada de eso. Compramos pizzas.
    
    -¿y si preparo algo de espagueti con albóndigas para nosotros y pizza a los niños?
    
    -mira, es buena idea. ¿Cerveza o vino de mesa?
    
    -whisky, Canadá dry y hielos
    
    El sábado llegaron los niños y se fueron de inmediato a nuestra recamara a jugar con la consola. Caro aun no terminaba la comida así que Mario y yo nos pusimos a ver videos. Más tarde, comíamos todos en la mesa. Los niños despacharon la comida rápidamente y nos quedamos los tres.
    
    Mientras Mario nos hablaba de un proyecto que traía entre manos, Caro me tocaba el pene por encima del pantalón cada que podía sin que el invitado se percatara de ello. Yo lo veía como algo agradable pues Caro lo hacía cada que tenía oportunidad, así estuviéramos en la calle, el auto o en algún otro sitio. Y lo repetía si ella estaba sentada e iba al baño.
    
    -ahorita vengo –decía-. Y al levantarse, se apoyaba en mi pene con una mano.
    
    Los niños tenían su fiesta en la recamara así que Mario les pidió bajaran el volumen al televisor o cerraran la ...
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