El espejo (II) - Relatos Eróticos

El espejo (II)

... me lastimes- el joven suplicaba.

-Al contrario serás complacido, desde hoy te quedas a vivir aquí hasta que me cuentes toda la verdad.


-No puedes hacer eso- Daniel intentó correr pero los brazos de Roberto lo sostenían.

-Dime la verdad- el vendedor exigía.

-No puedo.

-Entonces afronta las consecuencias- Roberto sentenció.

Daniel se dio cuenta que era imposible resistirse y aceptó su destino, Roberto se vistio y salio de la habitación llevándose las pertenencias de su acompañante, mientras que este por un momento se quedó dormido esperando que todo aquello fuese un mal sueño, pero al abrir los ojos vio su rostro reflejado en el espejo del techo algo mareado fue al baño a tomar una ducha, cuando salió encontró a Tony sentado en la cama, el jefe de aquel local.

-Espero que te hayas aseado bien Dani, me gustan las putas limpias para atender a los clientes.- Tony sonreía maliciosamente.

-Yo no soy puta, solo soy un maricón que ha tomado malas decisiones- Daniel se mostraba desafiante mientras se secaba con la toalla blanca su cuerpo.

-Tienes una bonita figura y mejor culo de acuerdo a mi compadre y eso lo he venido a comprobar. -Tony se agarraba la entrepierna.

-Tengo otra opción?-Preguntó desinteresado el joven.

-Eres inteligente, así que no hace falta que te responda esa pregunta , puta.- Tony se recostó en la cama.

Daniel resignado desabrochó los pantalones de aquel hombre que le desagradaba, mientras este gemía, notó su pene pequeño pero ...

... duro como un fierro y después de suspirar se lo llevó a la boca para succionar. Pasados unos minutos Tony le indicó que buscase un preservativo y se lo colocara con la boca, el joven lo hizo.

-Muy bien, se nota que serás buena puta, ahora ponte boca abajo apoyando tu pecho y levantando las nalgas para poder cacharte perra- ordenó Tony.

Felizmente para Daniel la penetración no fue dolorosa, pero aquel hombre se movía con furia y le golpeaba las nalgas con sus manos, repitiendo que era una puta, Daniel solo gemía esperando que el hombre acabase pronto, pero duró más de media hora entrando y saliendo de su hueco, hasta que por fin luego de un largo gemido sintió palpitar el pene de Tony indicando la llegada al éxtasis.

-Ha sido buena la cachada, pero debes ser más participativa perrita- dijo Tony recostandose en la cama.

-No creo que lo vuelva a hacer contigo ni con ningún otro hombre en este lugar.- Daniel se levantaba para ir al baño.

-No seas tan orgullosa. ¿Quieres que te cuente un secreto?-Tony sonreía.

-Di lo que tengas que decir pero dejame de llamarme como si fuese una puta.

-Te digo como me sale de los huevos! Pero el secreto es que detrás de los espejos de esta habitación hay cámaras que graban todo y suben a un sitio web, así que pronto todos sabrán lo puta que eres.

Daniel se quedó frío, quiso salir corriendo y gritar pero sabía que sería peor, ahora solo le quedaba obedecer. Solo le fue permitido usar su celular para llamar a su casa y decir ...