Enamorado de mi ex suegra? - Relatos Eróticos

Enamorado de mi ex suegra?

... viste muy femenina muy sexy y muy acorde para su edad. Su ropa interior es sencillamente bella. Y lo que más añoraba de ella, sus tetas, tuve la oportunidad de conocerlas en una foto superando por mucho mis expectativas, eran perfectas. También me llegó a enviar un video de su vagina húmeda. Era muy linda. 

Para esta época ella se había separado de su esposo. Por mi parte siempre fui muy feliz con su hija, yo la amaba y el sexo era genial, pero los deseos que me generaba su madre no se podían apagar. Llegó el día en que le confesé quién era yo en realidad por chat. Se sintió muy vulnerable, avergonzada, apenada y no sé que más llegaría a sentir pues a causa de mi engaño muchos de sus secretos e intimidades estaban conmigo. 
-	“Ahora sabes que soy así” – me dijo una vez. 
A pesar de esto sabíamos disimular muy bien cuando estábamos juntos. Nunca me delató y siguió siendo amable conmigo. Sin embargo mi relación con su hija terminó. A pesar de que terminamos yo seguía visitándola, seguíamos teniendo sexo y seguía durmiendo con ella, aunque en plan menos formal y asumiendo que estábamos en una fase en la que sepultábamos lentamente nuestra relación sin perder mucho contacto. Tampoco perdía contacto con su madre, pues ella estaba en el cuarto de al lado. Dormía sola en su cuarto en una cama grande, yo con mi ex novia y mi ahora excuñada también sola en su cuarto. Sus dos hijas siempre se levantaban muy tarde. Yo muy temprano, y su madre también.

Siempre tuve la fantasía de ...

... entrar a su cuarto y cogérmela mientras sus hijas dormían. Dos veces estuve cerca. La primera entré con mucha timidez y luego de insistirle demasiado (por chat) para que me dejara ver sus preciosas tetas. Entré y ella se bajó una. 

-	¿Qué quiere ver? – me dijo con su seno derecho afuera.
Yo me acerqué despacio y lo toqué con mi mano. Ella se estremeció y me sacó de su cuarto. Mi morbo era muy grande y no dejaba de crecer. En una ocasión estábamos en la cocina y mientras su madre lavaba los platos, la hija me dijo:
-	¿Viste el culo tan lindo de mi mami?
Fue un momento muy incómodo para ambos pero por dentro mi morbo creció y sólo pensé:
-	Sí, es hermoso. – Su hija solo reía, para ella era gracioso al parecer. 
Sé que anteriormente había dicho que el cuerpo de su madre me había llegado a parecer “extravagante” en alguna ocasión. Pues bien, eso apreciación nunca más volvió. Sus tetas eran grandes y blancas. Su culo, como decía su hija, era muy lindo: No era muy grande pero era bastante redondo, fino, apetecible para cualquiera que lo apreciara. En efecto ella tenía algo de panza sin llegar a ser gorda, “barriga de señora” podría decirse. Pues bien, me había vuelto fetichista de su panza. Ahora no solo no me incomodaba sino que me encantaba verla, sólo que nunca se lo dije porque asumí que era una parte de su cuerpo que no le gustaba o le generaba inseguridades. 

En otra ocasión de nuevo estábamos despiertos muy temprano. Sus hijas dormían. Y yo estaba desesperado por ...