1. El gran día con don Roque.


    Fecha: 26/10/2020, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: PPTon, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... buena dilatación y, como no hay quinto malo, en éste sentí un poco de dolor y que el glande había rebasado el esfínter interior que para exclamar un ay! que no se si fue de dolor o de placer y que, a juzgar por la expresión, fue compartido por el atacante, que de inmediato da otro suave pero más enérgico empujón, con el que sentimos cómo rebasaba una especie de barrera, (1er. pliegue transverso del recto a 5 cm. del ano) para dar paso a que la punta de la cabeza llegue a otro tope, (2º pliegue a 8 cm. de profundidad). 
    En ese punto paró y ambos expresamos varios ¡ah! por el placer que estábamos experimentando, luego hizo un ¡mmm! para dar otro empujón y penetrar hasta el tope, haciendo a un lado y dejando atrás todos los pliegues del recto. El puño de mi mano ya no aprisionaba al enorme miembro, extendida la mantenía en el pubis, como queriendo detener lo que ya no podía entrar, la mantuve en esa posición porque sentí cuando topó en lo más profundo de mi cueva, sintiendo la contrariedad de efectos de dolor, ansiedad y placer, todo a un tiempo. Así se mantuvo unos segundos, luego lo fue sacando poco a poco y estando a punto se salir, con cierta delicadeza, vuelve a empujar hasta llegar al tope, repite el movimiento una y otra y otra vez. 
    Me pareció que, con cada arremetida, entraba más que la anterior, como que algo en el fondo se reacomodaba para dar paso a tan enorme cosa y en cada empujón, aunque con suavidad, algo me lastimaba en el fondo, pero mi lujuria era más fuerte ...
    ... que todo lo demás y dejaba que entrara lo que fuera. Las arremetidas seguían y seguían una tras otra hasta que llegó un momento en el que ya no le hice caso a lo que me dolía, me importaba más lo que me gustaba, estaba embelesado a su máxima expresión, ya no me importaba que me doliera, me importaba más lo que sentía en cada movimiento de saca y mete que el hombre me hacía, varias veces lo sacó completamente para volverlo a meter y hacerme gritar silenciosamente de dolor y de placer al mismo tiempo. En pleno éxtasis, de pronto lo fue sacando hasta quedar sólo la cabeza adentro y acompañado de un gran pujido retraído, me aventó un gran chorro de mecos, tan fuerte que sentí que lo caliente me llegó hasta muy adentro de mi recto, casi al mismo tiempo, empujó tan fuerte, que tuve que detenerlo con mi mano que aún tenía en la base de la verga y me saqué lo que pude. Aun así, el dolor y el placer que sentí fue mayúsculo, camino hacia adentro, me aventó otro chorro. El hombre se disculpó por lo fuerte que empujó, siguiendo unos movimientos lentos hacia fuera y hacia dentro, para lanzarme chorros de su rica leche en cada uno de ellos. Al terminar quiso sacarlo, pero lo detuve, quería tenerlo dentro por más tiempo. Total, el “daño” estaba hecho y habría que disfrutar lo que tenía dentro. Él accedió y se quedó quieto jadeando fuerte sobre mi hombro. 
    El pito de carne fue bajando de rigidez, sin bajar mucho de tamaño y empecé a jugar apretando y aflojando el esfínter. Estaba adolorido ...