La polla de papá - Relatos Eróticos

La polla de papá

Hola, mi segundo relato con ustedes, aquellos que hayan leído mi primer relato de Lesbianas entre Lila y Sasha, esta vez vengo a traerles algo nuevo, una experiencia que me tocó vivir en un viaje de vacaciones con mi familia paterna. 

El viaje lo realizamos, mi papá, su esposa, mi hermano pequeño y yo. Fue un viaje a las montañas y nos hospedamos en una casa muy linda entre las montañas, la cual tenía sólo una habitación, un baño, cocina living comedor en una, y balcón con vista a los cerros. A mi me tocaba dormir en un sillón de la cocina, y el resto, en la habitación matrimonial. 

La situación que les voy a contar, se dio a partir de una noche al volver de una linda salida por el centro de la ciudad. 

Mi papá y su mujer tenían unas copas de más, así que así como llegamos todos nos acostamos, yo la verdad no tenía sueño. Mi hermano dormía en la habitación de ellos pero estaba completamente dormido, pasados unos minutos, comienzo a escuchar unos besos entre mi papa y su esposa, seguidos de gemidos de parte de la mujer. Cada vez más fuertes. Era la primera vez que me tocaba presenciar algo así, y nada más ni nada menos que con mi papá de protagonista. Automáticamente me empecé a masturbar, los gemidos eran muy ricos y me encendían mucho, pero no quería hacer ruido para que no sospechen que los estaba escuchando. La situación se calmó y nos dormimos. 

Al otro día, tocaba desayunar, y yo no me podía sacar de la cabeza el haberlos oído tan rico (yo también necesitaba ...

... de eso), no dejaba de pensar en cómo sería la polla de mi papá. Por la forma en que la mujer gemía seguramente era muy grande. Me moría de ganas de probar. Disimuladamente aprovechaba cada situación para mirar el bulto de mi padre, y empecé a mirarlo con otra intención. Necesitaba sentirlo. 

Esa tarde, la mujer y mi hermano salieron de paseo los dos, y con mi papa nos quedamos en la casa, sentí que era mi oportunidad. Le dije que iba tomar sol, por lo tanto me puse una bikini con un shorcito. Les cuento que son una chica con curvas bastante grandes, 95 de tetas y bastantes nalgas y piernas. El shorcito que llevaba dejaba ver bastante mis nalgas. Cuando salí vi a mi papá en el balcón sentado en una silla leyendo una revista, fui por detrás de él y lo abrace. Cuando estamos solos somos muy cariñosos, porque su mujer es bastante celosa de mi, por eso solamente cuando estamos solos. 

- Que pasa, hija? 

- Nada, pa. Te extraño, necesitaba un momento de padre e hija en este viaje como cuando era chiquita - le dije en modo tierna

- Ven - me dice, golpeando sus piernas para que me siente arriba 

Claramente yo no soy más esa niña, soy una mujeraza, pero hice caso y para aprovechar mis ganas, me sentí encima de el, apoyando bien mis nalgas sobre las piernas dejando mis pechos a la altura de su cara. 

- Mi niña, ya no es tan niña. Siéntate para adelante - me dijo, note que estaba incómodo con mis pechos dando a su cara. Le hice caso, y coloque mis nalgas a la altura de ...