CON LA MADRASTRA “OH! MI CATA” - Relatos Eróticos

CON LA MADRASTRA “OH! MI CATA”

En tiempos de cuarentena me encontraba confinado en casa de mi padre junto con su esposa Catalina “Mi madrastra” a las afuera de la ciudad. Mi padre había insistido por el hecho que no quería que estuviera lejos, viviendo solo en un apartaestudiómás cuando las Universidad estaría cerrada, argumento que me pareció bien y por eso me fui a vivir con ellos  de hecho a mí el aire puro de la sabana siempre me había agradado y que mejor que el campo si uno lo obligaban a estar encerrado. Además estaría más tiempo con mis hermanitos menores productos del nuevo matrimonio de mi padre  con mi querida madrastra  Cata como le decíamos  de cariño en la familia no había problema ella era una mujer muy amable casi dulce que la verdad desde que la conocí me agrado lejos de esa madrastra, bruja de los cuentos. Por lo que pronto me instalé en la casa y me habitué a mi nueva rutina debido a mi cuarentena aunque nunca pensé que me cambiaría la vida.
Los primero días funcionamos como todas las familias nos levantábamos y cada uno realizaba sus actividades casi todo virtual, lo que no calcule es que esto tomara más de 15 días por lo que ustedes entenderán que la novia estaba haciendo falta, pero ella al igual que yo se había ido a pasar la cuarentena con su familia en otra ciudad, por lo que la abstinencia era total  obligándolo a uno a utilizar las ayudas manuales “Masturbarse” pero bueno había que tener paciencia. Sin embargo al pasar los días ese instinto de macho fue avivado una mañana ...

... cuando escuche un grito de mi hermanito menor, Grito que provenida de su cuarto y por supuesto salí corriendo en su ayuda. Al llegar la mamá por su puesto mi había ganado! Cata estaba ahí tranquilizándolo no era nada solo que se había caído como todo niño pequeño, pero esa situación provoco que viera a Cata en piyama, una piyama negra aparentemente de seda corta y que solo una bata también de seda negra con estampado  de flores la terminaba de cubrir pero no lo suficiente para no verle sus piernas y algo de su escote al agacharse dejo ver, algo de sus pechos! Por supuesto la situación me hizo saborearme y me puso ganoso. Por primera vez me permitía darme el gusto de ver a Cata la esposa de mi padre como una mujer deseable por no decir comestible, siempre me lo había negado a pesar que mis amigos sin tapujos expresaban el gusto por ella palabras más palabras menos decían que estaba buena! Y en realidad Cata más allá de ser la esposa de mi padre era una mujer muy atractiva con sus 38 años bien puestos, al fin de al cabo había sido modelo y ahora era imagen de varios productos, fuera de ser una presentadora reconocida de la tv. Claro! Era una mujer mayor para mí o alguno de mis amigos, pero eso no la hacía despreciable por el contrario en este caso sería refinar el paladar como consumir un buen vino maduro o por lo menos así decían mis amigos.
Volviendo a la situación Cata logro excitarme y yo aun con mi piyama se me estaba poniendo muy duro disimularlo literalmente, pero por otra ...