1. La isla del amor (female friendly)


    Fecha: 29/06/2020, Categorías: Erotismo y Amor Tus Relatos Autor: gabi, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... ella, a punto de disiparse.
    "Lo sé"-dijo el hombre. "Pero no te preocupes que solo sentirás placer. Felicidad y placer. "Sos la chica más especial de la tierra"-continuó. -"Y el hecho de que estés aquí para regalarme tu virginidad solo me hace feliz. Te amo, Soledad"
    Y dicho esto se acercó lentamente a su boca y dio un beso donde nunca otro hombre había colocado sus labios antes. Tierna y dulcemente, el beso e percibía de amor verdadero, y la magia se sentía en el aire perfumado. Poco después, sin despegar sus labios, Santiago lentamente acerco su lengua a Sole, pidiendo permiso para entrar. Soledad feliz de recibir al hombre que amaba, dejó entrar los labios de su amado. Soledad estaba besando por primera vez, pero su beso era de la calidad del de una experta. Poco a poco los dos sintieron un destello dentro de sus cuerpos que les pedía intensificar el beso, besando cada vez más fuerte y a la vez agitando la respiración. La intensidad seguía aumentando hasta que a Sole se le escapó un pequeño gemido.
    Instantáneamente Santiago despegó sus labios y tomándola suavemente de la cabeza la miró firmemente a sus ojos. El deseo se percibía y ambos sabían del placer que iban a sentir. Acarició el rostro de soledad suavemente como el gran amante que era sin despegar su mirada y sonrisa de Soledad. Todo rastro de timidez y miedo se había perdido ya para pasar a una atmósfera de amor y deseo.
    Los dedos de Santiago se deslizaron lentamente hacia el cabello de Soledad, en una caricia ...
    ... firme y dulce a la vez, rasgando el cuero cabelludo de la mujer intensificándole el sentimiento de los nervios de su cabeza, movilizando la circulación y activándole los sentidos. Mientras los dedos se movían por el cabello de Sole cerraba los ojos para besarla en los labios, mejillas, frente apretando sus pectorales contra los senos de Soledad en una sensación adictivamente placentera que nunca había sentido antes Soledad, siendo ésta la primera vez que sentía el calor de un hombre. La presión la excitaba y sus pezones se endurecían.
    Soledad no se había masturbado en meses, y su síndrome de abstinencia era enorme. Cada roce, cada toque o beso la elevaba al quinto paraíso y le aceleraba el corazón.
    Pronto su hombre dejó los besos simples para acercarse a una zona mucho más erógena: El cuello. Besos húmedos pequeños, rozándole la piel casi haciéndole cosquillas la excitaban como nunca nada lo había hecho antes, y ocasionaron la vuelta de los gemidos. Gemidos leves al principio, pero que continuaron creciendo poco a poco. Su placer aumentaba, su vagina se humedecía y cada vez deseaba más a su hombre.
    Del cuello pasó al pecho, a cada uno de sus dos pechos lamiendo suavemente los pezones para luego soplarlos, siendo estos ya duros como una roca. Los succionaba dándole mayor placer, y una pierna escurridiza se acercó a la tanga de Sole para estimular con meros roces su órgano sexual principal. pero ella ya estaba en estado de éxtasis.
    Los gemidos de ella se hacían muy fuertes, ...
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