1. En el agua caliente.


    Fecha: 03/06/2020, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: PPTon, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    En algunas festividades fuera de los periodos vacacionales escolares, mis padres solían llevarnos al pueblo a toda la familia. En las afueras había un manantial de agua caliente, muy caliente, calaba hasta los huesos, la gente casi no se metía completamente, con trabajos metían los pies, casi todos se bañaban a jicarazos en las orillas del estanque. Algunos nos metíamos poco a poco hasta el cuello, soportando estoicamente lo caliente del agua. La tarde de los sábados y domingos, era para uso exclusivo de los hombres y en ocasiones la ocupábamos hasta ya entrada la noche. Cuando íbamos Hilario y yo, casi siempre éramos los últimos en salir, porque cotidianamente éramos los últimos en llegar, ya se han de imaginar por qué. Una tarde, luego de una espléndida cogida dentro del estanque y a punto de salirnos a vestir, llegó mi tío “El Grueso”, no era muy tarde, pero ya estaba oscuro. Le dije a Hilario que me quedaría con mi tío un rato más. Creo que sin sospecha alguna Hilario asintió con un está bien, nos vemos al rato. Ellos no estaban enterados de lo que cada uno tenía qué ver conmigo, pero mi tío empezó a preguntar por qué estábamos solos, creo que por las ganas que él traía, no fue difícil convencerlo de que todo estaba bien.
    Totalmente desnudo y con la verga algo flácida, se sentó a la orilla del estanque a un lado de mí, ajusté mi posición y me puse frente a él, precisamente con mi boca apuntando hacia su grueso miembro, con mi lengua detecté que el glande aún estaba ...
    ... cubierto por el prepucio, sólo asomaba el orificio uretral. Ahí empecé a escarbar con la punta de mi lengua y aquello empezó a crecer. Como ya era costumbré, sólo la cabeza metí a la boca, no cabía más. Rápidamente aquello se puso dura y gorda, muy gorda. Tal vez por la alta temperatura de mi boca por el agua caliente del estanque, no tardó mucho en lanzar un gran chorro de espesos mecos delicioso y nutritivo semen que me fui tragando conforme me los aventaba. Riquisimo!.   
    Luego de exprimirlo todo, lo solté para que se metiera al estanque, de inmediato se dio cuenta de que traía las trusas puestas y por su expresión deduje su alivio al suponer que no había pasado nada con Hilario, así lo dejé. Debajo del agua me acarició todo el cuerpo, desde el cuello hasta por debajo de las piernas. Me quitó la prenda y me acarició el ano y sus alrededores, me dio pequeñas mordidas en el hombro y la espalda que, a pesar de lo caliente del lugar, causo una sensación de frio en todo el cuerpo. Todo aquello aceleró su ritmo cardiaco y el suministro de sangre para que su verga volviera a ponerse dura y gorda otra vez. 
    Me di media vuelta para quedar frente a frente, me apoyé de sus hombros y le rodeé la cintura con mis piernas para que mi ardiente ano quedara apuntando a lo suyo. Con la mano tomé su gruesa y puntiaguda verga y la coloqué justo a la entrada posterior de mi economía corporal, empujó un poco y la cabeza entró sin dificultad. Empujo de nuevo suavemente y para mi beneplácito, entro ...
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