La verdadera historia con Carmen Madariaga - Relatos Eróticos

La verdadera historia con Carmen Madariaga

LA VERDADERA HISTORIA CON CARMEN MADARIAGA
Ya escribí un relato sobre esta chica. Dije que la conocí cuando tenía unos 43 años en un trabajo pero que no me acosté con ella, pero si lo hice años después. Es falso. Lo hice con ella en esa época en que ella tenía 34 años o así. Latinoamericana de origen español. Muy erguida. Bastante alta. Atractiva. Orgullosa. Individualista.
El caso es que la tenía pegada a mi cuerpo todo el día. Ella era así. Muy calientapollas. Estaba loco por ella. Le pedí que saliésemos, pero ella no quería. Siempre nos sentábamos juntos pero un día llegó tarde y se sentó con Rodrigo, mi amigo.  Porque le gustan todos los hombres. Aquello me sentó fatal y decidí hacer algo.
Ya había tenido dos encuentros sexuales con Lola, la tetona, una de las chicas con un físico más impresionante que he conocido. Con un cuerpo espectacular y robusto. Atractiva, pero con rasgos duros. Una vez conseguí su cuerpo gratis, pero otra tuve que pagar.
Le conté lo que me pasaba con Carmen. Le propuse que nos lo hiciésemos donde Carmen pudiese espiarnos. Lola accedió y no quiso dinero porque yo le gustaba mucho.
-	Me encantas- me decía.
Carmen ahora se sentaba en otro sitio y era un lugar solitario. Lola y yo nos podíamos poner a hacer cosas en otro sitio recóndito, pero donde Carmen nos podía ver.
Me abracé a Lola. Apretando mi cuerpo y sintiendo sus abultados senos y duras piernas. Nos besamos. Carmen nos vio. Nos desnudamos y Lola se puso a chupármela metiéndosela ...

... también entre las tetas. Yo gemía. Luego Carmen me dijo que al verlo primero tuvo muchos celos, pero luego se puso cachonda y también se desnudó. Se acarició el clítoris, haciéndose una potente paja. La mamada que me hacía era contundente. La penetraba la boca volviendo loca a Lola y a la pajillera. Carmen chillaba de placer.
Después me puse a follar a Lola por detrás. Que gritos pegaba. Y a Carmen se le cayó la baba. Se puso de pie y se le doblaban las piernas por la excitación hasta que se cayó al suelo. Se pudo levantar. 
-	Narciso como te quiero- decía, pero yo no la podía oír.
Después de aguantar varios minutos y proporcionar mucho placer la saque y me corrí poniéndole la espalda perdida de semen. Carmen había tenido dos orgasmos.
Por la noche la chica se volvió a masturbar y no paró de correrse.
Los siguientes días lo que hice fue acosarla igual que ella me hacía a mí. Pegaba mi cuerpo al suyo. Íbamos juntos en el autobús. Pasaba días sin masturbarme para que se me notara más mi pene teniendo medio erecciones o completas o agitándose. Esto hizo que Carmen perdiese la compostura hasta que un día nos besamos.  Fue apasionado. Fuimos a su piso.  Ella vivía con una compañera de piso que no estaba en ese momento.
Cuando se desnudó tuve una erección. Sus tetas no estaban mal. Parecían menos grandes yendo vestida. Tenía un señor cuerpazo que resaltaba su belleza.
Se puso a chupármela sin cortarse un pelo. Lo hacía con suma ansiedad. Aquello me descontrolo. Necesitaba mucho ...