Un viaje caliente - Relatos Eróticos

Un viaje caliente

... cosquillas en mi piel, hasta que porfin encontró su camino por debajo de mi blusa, toco mis pechos y mis pezones se erizaron.
Me encantaba la sensación que me estaba provocando.
Pero por algún instinto salvaje, yo quería más, comenzaba a exitarme mucho.
Así que antes de que mi cerebro tuviera tiempo de pensar de más. Baje mi boca a esa suculenta verga que tenía mi mano. 
El chófer dio un pequeño frenon, nada de cuidado, pero con ese gesto me enseñó que esto le gustaba.
El con su mano levanto las copas de mi brasier y toqueteo mis pezones, con sus dedos los retorcía y estiraba.
Mientras mi lengua recorría toda su longitud, mi boca probaba su salado sabor, y mis dientes apretaban su grosor.
--Oh si, eso te gusta verdad puta. Comela, chupamela toda.
Y lo hice, lo devore como una niña comiendo helado.
Era tibio, salado. Con piel suave pero consistencia dura. Y seuccionaba, mientras dedos encontraban sus testículos y los apretaba.
Yo estaba muy caliente.
El chófer por su parte, busca más. Me dijo que mis pechos que le parecían fabulosos. El también entró en un estado de excitación tal, que ya no nos importaba si nos oían. 
Su mano abandonó mis pechos expuestos, y bajo a mi entre pierna. Sobo por encima de mis jeans. Y sentía como pequeñas descargas eléctricas subían por mi piel.
El tráfico avanzó, y yo seguía mamandolo mientras sus dedos buscaban entrar en mis jeans.
Le ayudé.
Con una de mis manos desabroche el botón y el bajo el cierre. 
--Huhu nena estás bien ...

... mojada.
Por supuesto que lo estaba. El me tocó, sus dedos resbalaban por mi raja con facilidad. Luego sentí como el más largo de sus dedos se introdujo en mi. 
--Ahhh 
Excitación, calor, electricidad. Todo sentí. 
Nos estábamos masturbándo.
Mi lengua no paraba de saborearlo. Su verga se puso más dura y vibraba. El se iba a venir. 
Expulso un chorro caliente de semen en mi garganta. Sus piernas temblaban.
--Ahí mami, así, asi
No para de repetir, mientras de venía.
Yo seguía muy caliente. Luego de ver como el se derrumbó de placer. Yo quería lo mismo. Así que le susurre. --cogeme.
Su expresión brillo de lujuria. Tomo mi rostro y me besó. Un beso lasivo. Donde nuestras lenguas bailaban y se chubapan. 
El se aorillo en la avenida. Y le pido al pasaje amablemente que se cambiaran de unidad, porque traía problemas su camioneta. Que los "frenones" eran una falla mecánica. Todos se bajaron entre quejas y se subieron a otra.
Teníamos el camino libre.
El condujo durante unos minutos entrea calles. Hasta que se detuvo en una tranquila. Lo bueno es que era de noche. 
--Ahora si mami, te voy a dar la cogida de tu vida.
Los dos estamos al punto.
Su erección volvió a crecer. 
Se bajó en pantalón. Yo hice mi mismo. Mi chocho latía de necesitad.
Agarro mis piernas y me montó sobre las suyas.
Nuestras leguas se volvieron a encontrar. Sus manos acariciaban mis nalgas, sus dedos jugaban con mi entrada. Las mías pararon en su pecho.
De repente y sin aviso. Introdujo de una ...