UNA VIRGEN NO TAN INOCENTE - Relatos Eróticos

UNA VIRGEN NO TAN INOCENTE

... disposición para modelos a mi antojo. Su lengua entraba en mi boca buscando bailar con la mía. Hasta su saliva era rica. Me poso sobre ella y tome sus manos con las mias, suave pero intensamente comencé a frotar mi pene contra su vagina, ella suspiró. Yo la bese en el cuello mientras ella abria sus piernas para recibir mis acciones. Un gemido salio directamente a mi oreja derecha. Ella me detiene y me pregunta donde esta el baño. Se levanta y camina lentamente y ahí pude ver mejor su cuerpo. Ademas de sus anchas caderas tenia unas nalgas redondes y de muy buen tamaño.

Minutos después asoma su cara por la puerta, yo estaba sentado en mi cama. Ella me indica que quiere mostrarme algo.

Quiero que veas algo, pero espero que no te molestes -Dijo mientras termina de entrar a la habitación- Soy virgen.

Estaba en tanga, una tanga blanca diminuta, y con un top bastante corto, sus pezones enormes se veian facilmente.

Que? - pregunte. Realmente no oi nada después de ver su busto.

Soy virgen -respondió-. Tu me gustas. Me encantas. Y no puedo decirte por que pero no puedes penetrarme, no hoy.

Yo no lo podia creer. Estaba jugando? Quería provocarme? No sabia a que iba todo esto pero no podía dejar de mirarla.

Ella se acerca a mi, se pone de rodillas y mirandome a los ojos mientras acaricia mi verga me pregunta ¿Qué quieres? Permanecí en silencio. Ella desabotona mi pantalón. Miraba el bulto dentro de mi bidet mientras manía sus labios. Se monta sobre mi abriendo sus ...

... piernas y procedió a frotarse. Mi verga estaba a punto de reventar. Podia sentir cuán caliente estaba su vagina. Sus gemidos me hacían notar q le gustaba bastante. Me aferré a sus nalgas para controlar sus movimientos. La frote con mas intensidad y de inmediato sentí como se derretia de placer. Me tomó fuertemente del cabello. Me miró a los ojos dejando salir un gran gemido. Yo continuaba mi trabajo mientras disfrutaba verla así. Sentía su cuquita bastante humeda y caliente. Con una mano levanté su top y le comí las tetas, aprete con mis dientes so pezón izquierdo mientras acarociaba su espalda. La hice acabar. Sentí un calor delicioso emanando de tu vagina y sus gemido se colaban en mi oreja. A estas alturas solo quería follarla.

La tire a la cama y le abri las piernas. Le quite la camisa comencé a lamer sus hermosos senos. Me estaba babeando por ella. Mi deseo aumentaba con cada gemido que salia de sus ricos labios. La vi qcariciar sus piernas y abrirlas. Me propuse quitarle la tanguita pero ella no quiso. Me entro la duda sobre si realmente era virgen o si había alguna otra razón. Sin pelear mucho puse mi mano sobre la tanga. Su cucquita estaba hyper mojada. La mirandola comence a frotarla. Con bastante rapidez. Su orimera reacción fue cerrar las piernas. Me oose frente a ella para mantenerlas abiertas Con una mano mientras con la otra sólo me dedique a froarla. Ahora sus gemidos eran mas parecidos a gritos. Ella comprendió que no iba a penetrarla sin su consentimiento ...