1. ALFA


    Fecha: 18/11/2017, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... luego enrolla una cinta de tela alrededor de su base dejando los dos huevos bien apretados y brillantes. A continuación unta mi ojete con lubricante me dilata con sus dedos con mucha delicadeza y muy lentamente, un dedo, dos dedos, tres y al final un dildo de dimensiones considerables se aloja en mi ano y me prepara para lo que entrará después. Hecho esto me coloca, unas pequeñas pinzas que aprietan como demonios una en cada pezón. Causan un dolor persistente, como un ruido de fondo, que te martiriza continuamente. También usa pinzas de madera de esas de colgar la ropa y una a una va pellizcando mis huevos, creo que ha llegado a colocar hasta 12 pinzas. Mis huevos prietos y tensos por la cinta de tela que los aprisionan y pellizcados de esa manera, me arden. Lo hace todo con mucha calma y tranquilidad poco a poco pero con mano firme sin dudar como corresponde a un Amo que sabe muy bien lo que quiere. Y lo que él quiere con este protocolo es dejar claro que él es el Amo y yo su zorra sumisa y me castiga y me infringe dolor para que lo entienda y lo acepte. Después me azota las nalgas, poco a poco con las palmas de sus manos, después más fuerte, sus azotes resuenan en la habitación como latigazos, me duele, me arden las nalgas, pero aguanto y acepto el castigo, mi polla esta tiesa y babea sin cesar, pero eso a mí Amo no le interesa, mi polla no le interesa lo más mínimo. Lo que él quiere de verdad vendrá después. Después de la azotaina suele descansar un rato, bebe agua y me ...
    ... ofrece de beber a mí también, es muy amable y cariñoso conmigo y acaricia y masajea mis nalgas enrojecidas y doloridas por el castigo. Al cabo de un rato se va a la ducha, yo sigo a cuatro patas, vuelve fresco y perfumado, sabe que ya casi no siento dolor en los pezones, así que cuelga unas pesas de las pinzas, el dolor vuelve, más intenso más insoportable, mas placentero. Se coloca enfrente de mí e introduce su polla en mi boca, quiere que le chupe y chupo, con el balanceo los pezones duelen, mi polla está casi a punto de estallar. El crece en mi boca se pone duro, grande, me llena hasta la garganta (la erección es magnífica y duradera, me ha confesado que se toma una “pastillita” antes de quedar conmigo). Cuando queda satisfecho comienza a quitar las pinzas de mis huevos, lo hace muy lentamente lo que me produce un dolor bastante fuerte después de casi una hora de pinzamiento. El sufrimiento es intenso, el placer también, después hace lo mismo con mis pezones, duelen y me sabe a gloria. Por fin extrae el tapón de mi ano remueve la cinta liberando mis pelotas y me manda a la ducha. Estoy muy caliente, con muchas ganas de correrme, pero no me atrevo a tocarme, mi Amo me lo tiene estrictamente prohibido. Este protocolo se reproduce fielmente en cada sesión, a los dos nos gusta y nos prepara para lo que viene a continuación que es el fin último de nuestro encuentro, la monta e inseminación de la hembra. A mi vuelta de la ducha él ya está metido en la cama, cubierto solo por una ...