Una noche con mi hijastra - Relatos Eróticos

Una noche con mi hijastra

... manos. Clarita era muy delgada, por lo que la tomé su cintura y la acomodé, me consumí en su cabello pelirrojo y aspiro su aroma a hembra y juventud que me extasiaba. Bese su cuello blanco y terso, bajé su pijama con suavidad, la vista fue hermosa, su labios como dos carnosas pégalos se abrieron, ella me detuvo y me dijo: 
-Se cuidadoso, despacio por favor, soy tuya.
Yo le quite la blusa y vi como sus pechos florencieron, eran preciosos, del tamaño exacto de la palma de mi mano, me monté sobre ella y con un Solo movimiento de caderas le metí mi miembro, ella dejó escapar un rico gemido. Por lo que aceleré el movimiento, entrando y saliendo dentro de ella. Clarita gemía ante mis envestidas, sentía como mi pene abría su vagina y cedía a mi miembro. 
Me sentí extasiado y comencé a penetrar con fuerza, ella dejaba escapar pequeños y ricos gemidos y retorcía sus ojos, creí que le estaba dando una convulsión, pero me pedía más entre jadeos.
La monté por al menos media hora tocando todo su cuerpecito, manoseándole las tetas y las nalgas, tocando sus piernas delgadas y bonitas, su piel se ponía chinita en mis  manos, sin más decidí violar su ano, la giré y vislumbre sus nalguitas.
-ahí no. 
le tapé la boca, y se la metí con fuerza. ella saltó pero la sostuve y comencé a galopar a un buen Ritmos, sonaba fuerte el golpe de mi cuerpo contra sus nalgas, en el último momento me regué llenándola de leche que sentío recorrer caliente mi interior. 
Me salí de ella y me acosté a su lado y le dije con cariño:
tu madre no se puede enterar de esto.