1. Buenos Aires I


    Fecha: 05/08/2019, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Contrapicado, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... el muslo hasta llegar a su entrepierna. Ella me tomó el pelo y yo comencé a mover mi lengua con fuerza sobre su clítoris. Ella gemía y respiraba agitada mientras yo recorría con mi lengua su sexo mojado. En unos pocos minutos comenzó a gritar más fuerte mientras me agarraba el pelo y me movía la cabeza. Le encantaba. Me tiro hacia arriba suavemente y me comió la boca llena de su sabor mientras yo no dejaba de pasar mis manos por todas sus formas. Se bajó de la mesa y se arrodilló. Yo ya estaba desnudo, así que aprovechó la ventaja y sin preguntar, aprisionó mi pene ya totalmente erecto con sus grandes y suaves labios hasta el punto de llegar a mi ingle. Lo sacó de su boca y se rió al ver mi cara de sorpresa por su técnica. Siguió chupando y lamiendo mi miembro mientras le escupía para lubricarlo y me masturbaba a la vez que ponía su lengua en la punta. Yo estaba en el cielo. De pronto se acomodó y, llevando mi pene con su mano, lo puso entre sus grandes tetas para apretarlo con un movimiento de subida y bajada. Me miraba con la cara más pervertida que había visto, nunca la olvidaré.
    - Apuesto a que te gusta. Me las has estado mirando desde que revelaste el primer rollo, sinvergüenza - me dijo con risas.
    - Imposible no mirar tal belleza - le dije, acercándome a su oído. 
    - No vengás con chorizo, dejá eso para cuando estemos acostados. Tiráme cómo se debe ahora, que seguro sabés - me dijo totalmente poseída. 
    - Pues verás como te la meto y te parto- le dije cambiando de ...
    ... plan.
    - Cómo me calentás, chileno de mierda.
    - Cómo me calientas tú, argentina re puta.
    
    La lujuria ya nos tenía sin vergüenza alguna. En ese momento éramos dos amantes que se conocían hace tiempo, que sabían qué los excitaba y qué tenían que hacer.
    
    La tomé en mis brazos otra vez, la senté en la mesa y sin preguntar, acerqué mi pene a su sexo para penetrarla sin dudas y con fuerza. Ella lo agradeció con un grito callado por un beso mío. Sin problemas, aumenté la rapidez de mis embestidas mientras ella gritaba y me besaba con sus brazos detrás de mi nuca. De pronto la levanté y la llevé hasta el mostrador del local, en donde le dije que se pusiera de pie con las manos apoyadas en él para hacérselo desde atrás. Apoyó las manos y entré con fuerza tomándola por las caderas y embistiendo rápidamente. Con una mano le agarraba con fuerza la cadera para atraerla y alejarla de mí y con la otra le agarraba las tetas y se las apretaba. Vale gritaba pidiéndome más.
    
    - Chileno, que cogés bien, la que te parió - dijo entre gemidos. 
    - Estás tan rica que es difícil no hacértelo fuerte - le dije al oído, mientras sentía como ella alcanzaba el orgasmo, moviendo su cuerpo contra el mío y viendo sus brazos temblar.
    - La concha de su madre, tenés un pico de la puta madre, me dejás toda mojada.
    - Como me encanta que seas tan puta. Ven y chupalo.
    
    Vale se se dió la vuelta, se arrodilló y sin usar las manos, envolvió mi pene erecto con sus labios. Sentí el calor de su boca alrededor de ...
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