1. Los clientes de mi marido


    Fecha: 29/08/2021, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... probaban la comida típica, el trago típico y la mujer típica. Su amigo se río de la ocurrencia y yo también sonreí y tragué saliva, ya que parece que estos negros querían comer algo más que la cena. El negro que tenía al frente me dijo que mi esposo era muy afortunado en tener una mujer tan bonita como yo, y el otro puso su mano en mi pierna derecha, añadiendo que estaba de acuerdo.
    
    La mano de este negro emanaba un calor que me hizo estremecer y no la apartaba, dejándola sobre mi pierna un buen rato. Uno de ellos mencionó que mi marido le había contado que yo sería muy hospitalaria con ellos, con el fin de concretar negocios muy pronto. No sabía que hacer en ese momento, ya que no quería echar por la borda los sueños de mi marido, pero por otro lado que haría si los negros se empezaban a propasar?. Dejé de que pasara lo que tenía que suceder.
    
    Ellos al ver que no mostraba rechazo, empezaron a insinuarse aún más. El que tenía al costado se pegó a mí y llenaba una y otra vez mi copa, logrando que el licor me desinhiba y en un momento conversábamos como si fuéramos amigos de toda la vida. Tanto así, que en un momento el negro quitó su mano de mi pierna y me pasó su brazo por la espalda, y sentí que su mano llegaba a tocarme una teta por lo largo de su brazo.
    
    El otro negro nos miraba, y lo noté inquieto por los toqueteos que su amigo me daba. El que me abrazaba me dijo que yo tenía una piernas hermosas y cuando voltee a mirarlo me besó en la boca, rodeando mis labios ...
    ... con los suyos que eran enormes. Yo no se porque, pero no hice nada por separarlo y mientras me besaba y metía su lengua en mi boca, el otro no aguantó más y también se acercó a mí. Se inclinó y con sus manos separó mis piernas, para ver mis braguitas. Yo pensaba como era que había llegado a este punto, y me preguntaba también si esta era la hospitalidad que mi marido esperaba que les brindara. Mientras pensaba esto me hicieron poner de pie, y empezaron a meterme mano sobandome las nalgas y mi chocho. Uno de ellos me sacaba el vestido, mientras el otro se bajaba los pantalones. Cuando se quedó sin ellos, pude ver que tenía una verga enorme. Era larga y gruesa y me daba la impresión de estar viendo una vara, como la que usan los policías.
    
    El otro también se quitó la ropa y quedó desnudo ante mí. Entre los dos me quitaron el sujetador y las braguitas, dejándome solo los zapatos y las medias negras puestas. Se notaba fuertemente el contraste entre la piel negra de ellos y la mía. Estaba excitada y a la vez asustada por la envergadura de sus miembros, pero sería la primera vez que experimentara como se sentiría tener la verga de un negro dentro de mí. Ambos me lamían todo el cuerpo, y mientras uno separaba mis nalgas para lamer mi ano, el otro se encontraba delante lamiéndome el coño. Los tres nos fuimos a mi habitación y me senté al borde de mi cama, poniéndose ellos frente a mí con sus vergas apuntando a mi cara. Se las empecé a mamar, sin lograr que entren totalmente a mi ...
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