La reeducación de Areana (10)
Fecha: 09/08/2021,
Categorías:
Voyerismo
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... y a comer, perra.
-No entiendo. –murmuró Eva, confusa.
-Va a comer como la perra que es. Tome la comida con la boca. ¡Vamos! ¡Obedezca!
Eva sintió que la humillación la invadía por completo y anulaba toda posibilidad de resistencia. Debía comer como una perra y eso hizo. Se puso en cuatro patas para después inclinarse lentamente hasta que su boca rozó el guiso, apresó un poco entre sus labios y dientes y tragó ese primer bocado sin masticar.
-Muy bien, perra, muy bien. –aprobó Marisa y Eva siguió comiendo y bebiendo bajo la excitada observación de ambas asistentes.
-Es una buena perra. –comentó Milena mientras el guiso iba desapareciendo en las fauces de Eva.
-No quiero ni el más mínimo resto en los cuencos, perra puta. –dijo Marisa y Eva continuó comiendo y bebiendo hasta vaciar ambos recipientes. Sentía algo tan intenso, tan excitante como jamás en su vida. Respiró hondo y Marisa se llevó la olla y la botella de agua mineral a la cocina mientras Milena conducía a Eva al living, donde esperaba Amalia.
-Levante la cabeza. –le ordenó apenas la tuvo ante ella.
Eva exhibió entonces ante la dueña de casa su boca enchastrada de comida.
-Qué bien se ve su hocico así, todo sucio. –dictaminó Amalia y Eva se sorprendió a si misma diciendo:
-Me pone contenta que le guste mi hocico, señora Amalia…
Inmediatamente fue sacudida por un estremecimiento tan fuerte que estuvo a punto de caer al piso, pero pudo sobreponerse aunque presa de una muy intensa y ...
... oscura emoción.
Amalia estaba asombrada ante lo dicho por Eva, segura de que no le iba a costar adiestrarla y hacerla suya rápidamente, pero lo que acababa de ocurrir superaba sus expectativas.
-Mmmhhhh, muy bien, Eva, muy bien… Veo que tiene en claro lo que está sintiendo en mis manos y le gusta,
-Sí, señora Amalia… Sé muy bien lo que estoy sintiendo y… y sí, usted tiene razón, me… me gusta…
-Le gusta y la excita…
Sí, señora, me gusta y me excita… Me excita mucho…
-Vamos a ver. –dijo Amalia sentándose en el sofá y ordenándole a Melina que ubicara a Eva ante ella. –Debió pasar mucho tiempo para que usted se encontrara con su esencia, Eva, con su verdadero ser, y eso me lo debe a mí.
-Sí, señora Amalia, es verdad… Viví años y años a ciegas… Hasta que llegó usted…
-Sí, hasta que llegué yo y le hice ver que usted es una sumisa, una perra… Un animal hembra destinado a darme placer a mí y a personas como yo.
-Sí… Sí, señora Amalia… Soy suya para lo que usted quiera…
-Melina, andá a buscar un trapo y limpiale el hocico. –ordenó Amalia y un instante después la asistente cumplía con ese cometido para luego retirarse.
Una vez a solas, Amalia comenzó a interrogar a fondo a su presa:
-¿Cuánto hace que no la cogen, perra?
-Hace… hace mucho, señora Amalia… -contestó Eva enrojeciendo.
-¡¿Cuànto?!
-Desde… desde que perdí a mi marido…
-¡¿Tantos años sin ser cogida?!
-Sí, señora… -murmuró Eva con las mejillas ardiéndole de vergüenza.
-Supongo ...