1. La reeducación de Areana (10)


    Fecha: 09/08/2021, Categorías: Voyerismo Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... en la cama se masturbó sintiendo que hervía de la cabeza a los pies.
    
    Mientras tanto, Marta y Areana llegaban a la vivienda ubicada tras el local de la librería. Un dormitorio, el living comedor, el baño y la cocina.
    
    La mujer llevó a Areana al dormitorio sin dilaciones y una vez allí le dijo:
    
    -No quiero perder tiempo, nena, así que desnudate ya.
    
    -Sí, señora. –contestó Areana y sin más se despojó la corbata, luego de la falda escocesa, de la camisita blanca y, por último, de las medias y los mocasines.
    
    Cuando se exhibió desnuda ante Marta, a ésta le costó recuperarse del impacto provocado por semejante belleza adolescente. Areana estaba de pie en la posición que le había sido enseñada por Amalia: con las piernas juntas, la cabeza gacha y las manos en la nuca.
    
    Marta se le fue acercando despacio y cuando estuvo a sólo unos centímetros le dijo:
    
    -¿Te vas a portar bien conmigo, bebota?...
    
    -Sí, señora, ésa es la orden que tengo…
    
    -Bueno, muy bien, desvestime… -dijo Marta y Areana comenzó a quitarle las ropas hasta dejarla tal cual vino al mundo. La librera estaba muy buena a su edad. Grandes tetas, cintura estrecha, caderas anchas y unas piernas de muslos gruesos y bien torneados. Areana sabía que le estaba prohibido, pero no pudo contenerse y envolvió en una larga mirada ese cuerpo hecho para el goce.
    
    -Qué bien olés, mocosa… -dijo Marta y comenzó a besar a su presa en las mejillas, los labios, el cuellos, los hombros.
    
    Areana iba excitándose más y ...
    ... más con esos besos y desde su más auténtica condición de sumisa, preguntó temblando:
    
    -¿Puedo… ¿puedo acariciarla y… y besarla, señora?...
    
    -¡Ay, bebota preciosa! ¡claro que podés!, pero vamos a la cama… -y así diciendo rodeó la cintura de la niña con un brazo y la derribó sobre el lecho para después tenderse junto a ella.
    
    -Besame, mocosa… Besame toda… ¡toda!... –y Areana comenzó a deslizar su boca por el rostro de la librera. Besó su frente, sus mejillas, sus labios, que al contacto se abrieron y entre ellos surgió la lengua en busca de la otra lengua y ambas bocas se fundieron en un largo beso de fuego que dejó jadeando a la mujer mientras la sumisita descendía con su boca por el cuello y recorría luego un hombro y el otro y luego las tetas, una y otra, deteniéndose en cada pezón inmediatamente erectos y buen duros. Areana, ya muy caliente, siguió besando y lamiendo ese cuerpo, el vientre, donde anduvo un rato mientras los gemidos y jadeos de la librera se hacían más fuertes, más roncos, más apasionados.
    
    -Así… así, pendeja puta… ¡Asíiiiiiii!... –clamó de pronto la hembra moviendo sus poderosas caderas de un lado al otro mientras sentía que de su concha brotaban chorros de flujo. Areana había llegado a destino y usó sus dedos para abrir los labios vaginales externos y hundir dos de sus dedos, moverlos un poco mientras con el pulgar estimulaba el clítoris ya fuera del capullo. La librera gritó y volvió a gritar una y otra vez, ganada por la más intensa excitación ...