1. Las ventajas del servicio doméstico


    Fecha: 06/08/2021, Categorías: Anal Sexo con Maduras Lesbianas Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... pidiéndole que me hiciera acabar.Sarita sonrió y me dijo que yo era la mejor puta de todo el edificio. Entonces me metió un par de dedos y comenzó a hurgar dentro de mi concha desesperada por llegar a un orgasmo.“Y Anita… te gusta cómo te cojo, pedazo de puta…?”Entre gemidos y suspiros alcancé a balbucear que me encantaba cómo me estaba cogiendo y le supliqué que no se detuviera.Me hizo suplicarle por más y yo, más desesperada que obediente, se lo pedí a los gritos.Sarita redobló el embate con sus dedos y en menos de un minuto me robó un orgasmo infernal; tan brutal, que ya no pude controlar mis alaridos de placer.Mientras yo recuperaba la respiración, ella se levantó de la cama y se colocó un arnés en la cintura. Llevaba colgado una especie de verga de silicona, de un tamaño respetable.“Ahora vas tener que suplicarme que te coja, putita…” Me dijo.Con la calentura infernal que yo tenía, me puse de rodillas y le supliqué casi llorando que me cogiera con esa cosa enorme.Me hizo colocar al borde va al borde de la cama, de espaldas y levantó mis piernas en el aire. Se acercó más y puso mis tobillos sobre sus hombros. Me miró sonriendo y preguntó con malicia.“Ahora vas a conocer a mi buen amigo Chiche...te va a gustar…”Entonces deslizó sus caderas hacia adelante y pude sentir que esa verga de silicona se abría paso entre mis labios vaginales bien lubricados. Era una cosa enorme, pero no me causó ningún dolor; ya que estaba bien dilatada y lubricada.“Vamos aguantando, Ana; yo te ...
    ... voy a coger como nadie…”Yo me retorcía de placer y gusto. Esa mujer era una perra mucho peor que yo y eso me calentaba muchísimo.Sarita siguió empujando despacio, hasta que ese enorme y grueso consolador estuvo enterrado por completo en mi vagina.Entonces ella comenzó a moverse, bombeándome la concha de una manera brutal. Sus embestidas eran largas y violentas; cada vez más rápidas en una sucesión tremenda.Comencé a gemir y jadear bajo sus golpes de cadera. De repente ya no me pude contener más y le grité que era una hija de puta y que me estaba matando de placer…Sarita sonrió y me advirtió que también ella estaba cerca de tener un orgasmo.Apenas terminó de decirlo se quedó quieta, mientras sostenía mis tobillos en el aire. Gimió suave hasta llegar a un alarido agudo y prolongado, que se debe haber oído en todo el edificio.Su cuerpo tembló sin control y después siguió bombeándome un poco más.Verla acabar disparó mi propia calentura otra vez y entonces aullé como loca; sintiendo por fin la llegada de otro intenso orgasmo.Cuando terminé de temblar; Sarita se salió de mi cuerpo y se tendió a mi lado.“Te gustó, pedazo de puta… vamos a tener que repetirlo…”Le dije que quería más en ese momento; no podía esperar otro día.Me hizo poner en cuatro y ella se ubicó a mis espaldas.Solté un grito de dolor desesperado, cuando sentí que la punta de ese consolador trataba de entrar por mi estrecha puerta trasera. Le rogué que por la cola no; al tiempo que trataba de escapar hacia adelante.Pero ...