1. Ana y el casero de la casa quinta


    Fecha: 12/11/2017, Categorías: Sexo en Grupo Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... audibles y rítmicos.La que gemía sin duda era Anita… y la estaban cogiendo…El Burro me había seguido y ahora forcejeaba conmigo para que saliera de allí.En un momento los sonidos de la cogida dejaron de oírse y la puerta se abrió apenas unos centímetros. Pedro se asomó, parecía estar desnudo.“Qué pasa aquí, qué quiere?” Me espetó directo a mi cara con bronca.“Quiero saber dónde está mi esposa, déjeme entrar” Grité, empujando la puerta; pero Pedro la tenía trabada con su pie.“Aquí no se puede entrar. Esto es un asunto privado, váyase”Insistí empujando, pero el tipo entonces trabó la puerta con una silla desde adentro.Entonces hizo algo peor todavía: “A ver, putita, vamos a seguir con lo nuestro” Dijo.Hizo levantar a la mujer de la cama y la atrajo hacia él, apoyándola contra la puerta que yo trataba de abrir desesperadamente. Allí continuó cogiéndola, tomándola desde atrás, mientras las manos de la mujer se apoyaban contra la puerta entreabierta.Me asomé por el estrecho espacio que quedaba abierto. Apenas podía ver que la mujer era de cabellos enrulados y piel bronceada. Pero entonces reconocí el anillo en uno de sus dedos. Ahora no me quedaba duda de que esa mujer era Anita.Ella no hablaba pero seguía gimiendo y jadeando intensamente ante los embates que le daba el casero desde atrás.Insistí empujando hasta que pude meter mi cabeza dentro de la habitación. Allí estaba Anita, sus manos apoyadas contra la pared junto a la puerta, recibiendo una tremenda cogida desde atrás. ...
    ... Se movía hacia atrás y adelante con movimientos repetidos, al encuentro de la verga del hijo de mil putas. Y jadeaba. Le vi el rostro por un segundo y estaba como poseída por un demonio. Empapada de transpiración, los cabellos mojados sobre sus ojos, mordiéndose los labios de puro placer…Recibía la verga del tipo, totalmente entregada, facilitada la cogida por la apertura que el mismo hijo de puta le producía al abrirle con sus manos las nalgas, como si fueran gajos. Le sacaba la pija y se la enterraba hasta el fondo, ahora a una buena velocidad.Le grité con toda mi bronca: “Déjela, hijo de puta; no la coja más!”Pero el casero seguía metiéndole verga como si nada. A veces me miraba por la apertura de la puerta y se reía burlón. Y seguía bombeándola con más violencia.De repente Anita dejó de suspirar y abrió la boca sin gritar; entonces entendí que ese hijo de puta le había arrancado un tremendo orgasmo. Había acabado sobre su verga.Pedro se asomó y le gritó al Burro: “Te dije que no quería interrupciones; saquen a este cornudo de aquí, así me puedo coger tranquilo a esta putita!”Siguió bombeando la concha de Anita sin parar, enfebrecido, buscando ahora su propia acabada. Los jadeos de ella habían aflojado por el orgasmo, pero volvían a crecer. Ana jadeaba y pedía más, pero en voz baja, como si tuviera vergüenza...El Burro me arrastró hasta afuera. Volví a la pileta, a bombear como un autómata.Para que yo no regresara a la casa, los dos hombres se quedaron cerca mío.Mientras ...
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