1. Mi prima Isabela


    Fecha: 30/07/2021, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... ano. Finalmente llegó al orgasmo y lamí todos sus juguitos tan deliciosos. Queríamos repetir eso, pero era más riesgoso, así que aprovechando que mi tía me había regalado un X-box hacía un par de días, tomamos de pretexto que queríamos jugar con la consola para ir a casa de mi tía, y ahí, estando solas, comenzamos repetimos lo del baño, solo que ahora en la cama, en el sillón, en la cocina, en fin. Lo hicimos en cada parte de la casa, y lo disfrutábamos como perritas en celo, y más porque podíamos gemir a nuestras anchas. Nos lamíamos por completo, y tomábamos algunas frutas y verduras de la cocina para frotárnoslos en nuestras conchitas. Así seguimos durante un par de años. Cuando cumplimos 11 decidimos que ya era momento de ver películas porno, así que aprovechando que mi tía tenía internet terminamos por metiéndonos en una página de porno lésbico. Ahí vimos que se metían los dedos, y penes de plástico, hasta las mismas frutas y verduras con las que nos frotábamos. Como aún nos sentíamos algo pequeñas como para meternos plátanos o pepinos, nos metiámos los dedos, ¡y joder que bien se sentía!. Nos metíamos los dedos en la concha y en el ano, nos besábamos, lamíamos y gozábamos del sexo que cada vez se hacía más y más salvaje, especialmente porque mientras más crecíamos, Isabela a diferencia de mí, se desarolló perfectamente, con unas pechos enormes y redondos, al igual que sus nalgas. Cuando cumplimos 13 ya no nos bastaban nuestros dedos, así que comenzamos por meternos ...
    ... cosas, al principio eran cositas pequeñas como zanahorias o brochas de maquillaje, después fuimos aumentando el tamaño a plátanos, desodorantes, hasta pepinos y el control del X-box. Y todo por ambos agujeros. A veces tomábamos dos pepino y lo compartiámos por la concha y el ano respectivamente, mientras empujábamos y los sacábamos con fuerza. En otras ocasiones hacíamos múltiple penetración, llegamos a meternos un pepino, dos zanahorias y una brocha en la concha, mientras en el ano había un plátano y otra zanahoria. Con ella conocí el kamasutra lésbico, hicimos varias posiciones, e imitamos cada película porno que veíamos. Así duramos hasta los 15 años, cuando yo decidí continuar mi gusto por el ballet y me metí a una Academia de Arte, dónde podía practicarlo de manera profesional, por lo que mis papás me compraron una pequeña casita a 10 minutos de la escuela. Perdí todo contacto con Isabela, pero nunca perdí mi lujuria, por lo que por medio de internet conocí chicas lesbianas cerca de mi nuevo hogar con las cuales follaba por horas como perras en celo, y lo mejor era que mis padres me mandaban dinero para mis gastos, así que con lo que me sobraba comencé a hacerme de mi colección de juguetes sexuales, que hasta hoy día disfruto como loca. Incluso, y no me da pena admitirlo, he follado con dos profesoras y una que otra mujer madurita, especialmente profesoras de otras escuelas, ya que disfruto tomar el rol de alumna traviesa y que me castiguen dándome en las nalgas bien duro ...