1. Mi prima Isabela


    Fecha: 30/07/2021, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... nuevo unas 4 o 5 veces más. Paramos hasta que su mamá nos llamó para comer. Así pasamos los siguientes días, y cada vez los veces los besos eran más apasionados y seguidos. Mi conchita se sentía más extraña mientras más aumentábamos el frenesí de los besos. Llegó un punto en que queriendo imitar a las demás parejas que habíamos visto en televisión, comenzamos a acariciar nuestros pechitos y piernas, hasta que llevadas por la pasión decidimos comenzar a desnudarnos cuando sus padres salían a comprar para hacer la comida (siempre se llevaban a Rosa, y Ariel se la pasaba con mis demás primos en la calle). Al principio no sabíamos qué hacer cuando nos desvestimos, pero comenzamos a tocarnos y nos dimos cuenta de lo bien que se sentía, así que juntábamos nuestros cuerpos desnudos mientras nos besábamos y acariciábamos nuestros pechitos y nalguitas. Y así seguimos un par de semanas hasta que un día nuestros primos nos invitaron a jugar, no queríamos pero aceptamos para no levantar sospechas. Terminamos completamente ensuciadas por el lodo, así que su mamá, preocupada porque mi tía me fuera a regañar, nos mandó a ambas a bañarnos mientras ella lavaba nuestra ropa. Su ducha tenía una tina, donde podías bañarte normalmente en la regadera, o llenando la tina. Optamos primero por limpiarnos bien con la regadera, y después jugar un rato en la tina. -¿Quieres que nos besemos aquí? -Isabela era más juguetona, y yo simplemente no podía negarme a sus peticiones. -De acuerdo. -Nos acercamos ...
    ... hasta besarnos con esa pasión que nos caracterizaba. Nos tocamos y sentiámos más rico gracias al agua. En cierto momento su rodilla resbaló y rozó mi conchita, a lo que inconscientemente solté un gemido. Nos sorprendimos bastante y paramos. -¿Qué fue eso? -Me preguntó entre asustada pero excitadamente curiosa -Tú rodilla me tocó "ahí". -¿Y te gustó? -Me sonrojé mientras asentía con la cabeza. -Entonces lo haré de nuevo. -Y efectivamente acarició mi conchita, solo que ésta vez con su mano. Se sentía tan bien que soltaba suaves gemidos mientras que intentaba hacerle lo mismo, solo que con más timidez. -Siéntate -¿Para qué? -Te voy a besar ahí. -Se me hizo extraño pero acepté su petición, así que me senté en uno de los bordes de la tina y abrí mis piernitas lo más que pude. Isabela se acercó y comenzó a darme besitos en mi conchita, para después soltar pequeñas lamidas en toda mi intimidad. Yo gozaba como loca, e intentaba callarme para no llamar la atención de mis tíos. -¿Te gusta? -Mucho. -Siguió lamiéndome la conchita, incluso lamió mi ano por completo, hasta que finalmente llegué al orgasmo, lo que me hizo mojarme mucho, y ella lamió todos mis jugos. Yo no entendí qué era, pero se había sentido tan increíblemente bien que quise hacérselo sentir también. -Es tu turno. -Se puso en la misma posición e imité lo que había hecho, primero besos y después lamidas. Me gustaba mucho su sabor, era un poco salado pero delicioso. También lamí su conchita, tan deliciosa al igual que su ...