1. El casi-novio de mi prima me dio un regalito de Niño Jesús


    Fecha: 27/07/2021, Categorías: Gays Autor: alej97, Fuente: SexoSinTabues

    ... ver” en mi oreja. “Eso ya lo sé, idiota, pero échame más saliva en el culo” quería decirle, pero me contuve porque me leyó el pensamiento y así lo hizo. Mientras me lo metía lento, me pasaba sus manos por donde encontraba piel; por mis piernas, por mis brazos, espalda. Luego se puso algo rudo y me haló del cabello y me hablaba al oído: — ¿Y ahora? ¿Ahora te gusta más, no? —Sí. Definitivamente sí. —Se te nota en la carita de putica que pones —Decía él mientras se reía y me daba un poco más fuerte por el culo. Mientras me decía eso yo intentaba parar el culito, cosa que a él le gustaba y lo agarraba del cabello y lo llevaba hacia mí pidiéndole en voz baja que me lo metiera más, que me diera más duro. —Como usted guste —Decía mientras se reía de lo que yo decía. Era una risa de dominio, de burla, de superioridad que me encantaba. En seguida me haló fuerte y me puso en 4 patas y comenzó a darme duro, con mucha más fuerza, tanto que pedí que se detuviera un poco, pero no me hacía caso, me ignoraba, estaba concentrado en lo suyo. De repente, me dio vuelta y me dijo que montara mis piernas en sus hombros que quería cogerme viéndome a la cara. Así lo hice. —Me encanta, dame así —Decía yo agarrándome yo mismo del pelo. Se detenía, me preguntaba: “¿Así?” y me lo metía completo, haciéndome retorcer como perra en celo. Eso lo encendía más. Yo solo asentía. Me sorprendió lo que hizo después: me dio una cachetada, pero yo estaba tan excitado, tan dentro de mí, que casi le pedía que lo ...
    ... siguiera haciendo. Luego me agarro del cuello y me daba guebo con un ritmo algo calmado. Se acercaba bastante a mí hasta que sus labios apenas rozaban los míos y yo podía sentir su saliva en mi boca, para luego clavarme un beso con demasiado morbo. Ya estaba más que excitado el Adrian. Yo feliz. Lo más loco es que aunque me parecía que estábamos ahí por una eternidad, sabía que no teníamos una hora de habernos ido de la tasca de donde estábamos con Verónica. Era obvio que íbamos rápido, que cambiábamos de posición después de apenas unos dos o cinco minutos. Para terminar, me pidió que me montara encima de él, que esa posición le encantaba. Le dije que esa posición no me gustaba mucho, porque era para profesionales, que me dolía. —Anda vale, ¿te me vas a negar ahora? —Preguntaba, dándome besitos en el cuello, el muy hijueputa. Acepté y nojoda, casi brincaba como niño chiquito. Cuando comenzó a darme pensé que me dolería porque tenía el guebo grande, pero no, todo lo contrario, me gustaba, tanto así que no pasaron ni dos minutos cuando ya sentía ganas de acabar, ¡y sin tocarme! Eso le excitaba más a él. Me pidió que no me tocara, que quería que yo acabara así sin tocarme, me decía que me quería meter el guebo hasta la pata, hasta partirme. Después comenzó a respirar más rápido y me empezó a dar más duro. Tan duro que hacía que me levantara un poco y mientras con una mano me agarraba de la cintura, con la otra me agarraba del cuello. Con eso me dio en el punto y me hizo acabar, y a ...