1. Cuatro amigas de la infancia


    Fecha: 23/07/2021, Categorías: Transexuales Autor: murgis, Fuente: CuentoRelatos

    ... Laura al igual que yo se cubría las tetas.
    
    La conversación giró en torno a dos temas, lo firmes que estaban las tetas de Marta, que confesó estaban operadas y el polvo que Juana había tenido aquella noche en el tren.
    
    Concha, la mujer del servicio, nos dijo que ya tenía la comida preparada, nos pusimos una camiseta y entramos en el comedor donde tomamos una muy buena comida, mezclada con vino, lo que alegró la sobremesa, así nos enteramos que Juana estaba viviendo los mejores años de su vida en cuanto a hombres, y que no le hacía ascos a meterse en una cama si el tío le parecía bien, Laura llegó a confesar que tampoco le importaría meterse en una cama desconocida si el tío valía la pena y ponerle una cornamenta a su marido, Marta se mostró mucho más cauta diciendo que no pensaba hacer nada de aquello, ya había vivido a tope unos años y ahora disfrutaba de la tranquilidad de un buen y rico marido, por mi parte dije que no había hombre en la tierra capaz de hacerle perder la cabeza excepto Juan, como marido pero que respecto a follar era la primera, que habia follado ya con un montón de amigos con el consentimiento de él que eramos una pareja muy liberal.
    
    Decidimos no salir por la tarde ya que estábamos cansadas, en especial Juana, claro. Pasamos la tarde al borde de la piscina contando nuestra vida y anécdotas de la adolescencia en las que participamos los cuatro, incluso nos confesamos algunas cosas, por ejemplo Marta de había acostado con Juan cuando era mi novio, ...
    ... cosa que desconocía, pero sin saberlo me había vengado al follarme uno suyo una noche de fiesta.
    
    Antes de cenar nos fuimos a la habitación, llamé a Juan para que supiera que estaba bien, le conté por encima que nos pasamos el día hablando de nuestras cosas pero obvié hablarle del polvo en directo que había visto de Juana y que Marta y ella se pasaron el día con las tetas al aire.
    
    Me puse un vestido blanco ibicenco pero antes de salir pensé que no era necesario llevar sujetador estando entre mujeres así que me lo saqué, en cierto modo me sentía perversa por ir sin él.
    
    Cenamos continuando contando anécdotas, aquello estaba saliendo muy bien, después de cenar se despidió el servicio y salimos a la piscina, era precioso de noche, veíamos los reflejos de la luna en el agua de mar, una noche tranquila invitaba a tomar un baño y a ninguna de les tres les importó desnudarse y meterse en el agua insistiendo en que hiciera lo mismo, al final, más que decidirme fueron ellas que me sacaron el vestido, también intentaron sacarme la braguita pero me negué completamente acabando en el agua, sabía que nadie nos podía ver y si mi marido no se enteraba no pasaba nada.
    
    Ya muy tarde nos fuimos a la cama, me sorprendí a mi misma que estuviera tan caliente, no sé si por el polvo de Juana o andar entre tantas mujeres desnudas o las conversaciones y recuerdos de antiguos amante lo cierto es que no pude apartar los dedos de mi coño y acabé masturbándome, en un pocas horas había hecho dos ...
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