1. Confesión iniciática


    Fecha: 26/06/2021, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Seguramente, en mí, lo más inusual que puedo confesar no son episodios concretos, aunque cuando lo pienso estoy bastante llena de, llamémosles anécdotas curiosas, sino el conjunto de mi vida sexual. Es atípica o al menos minoritaria.
    
    Empecemos, soy bisexual y supongo que me di cuanta de ello, en algún sentido, antes de haber tenido sexo con nadie. No es una tendencia en mi caso fruto de experiencias buenas o malas con hombres o mujeres.
    
    Bien, quizás debería haber empezado por la edad, casi 32 en el momento que escribo. Mi usuaria online son sencillamente tres veces mis iniciales i también el canto de las ranas, que son unos animalillos que me caen muy bien, aunque solo sea porqué comen mosquitos y una servidora vive muy cerca de un río.
    
    No soy enamoradiza, nunca me he enamorado, sí bien mis sentimientos hacia otra persona pueden ser muy fuertes, por carácter o quizás cobardía no he pensado en una unión, ni siquiera temporal. Y esto lo manifiesto lo bastante claro como para que nadie haya intentado ser pareja mía. En contrapartida tengo algunos amigos y amigas sexuales de cuando era adolescente, y jamás he tenido una rotura, enfado o ni siquiera celos respecto a nadie.
    
    En temas de imagen, específicamente las relacionadas con el sexo, creo que no sigo ninguna tendencia. Hay cosas que simplemente no as hago, y otras que realmente me producen sentimientos negativos.
    
    No, no uso ninguna clase de ropa ni complemento específicamente sexy. Cosa que no quiere decir ...
    ... que algunas personas no me hayan manifestado su atracción, por ejemplo por determinados pantalones cortos o camisetas, pero que realmente no me los he puesto con esta intención. Ni me pinto, jamas, ni lápiz se labios, ni sombra de ojos, ni laca de uñas. Nada de nada, no son la imagen que me gusta para mí. Ni peluquería sofisticada: llevo el pelo casi hasta la cintura recogido en cola y, a veces, en una trenza gorda, nunca dos.
    
    Tampoco lencería. En el caso de los sostenes, debido a mi pequeñez mamaria, a menudo no llevo. El tanga lo encuentro incómodo y medias tampoco uso. Pero sobre todo, sobre todo, sobre todo, nunca voy ni he ido con zapatos de talón. No me gustan ni en mí ni en las otras. Para el sexo prefiero —y me gusta mucho— estar desnuda desde el principio. Ciertamente alguna vez lo he practicado con ropa, siempre por motivos de frío.
    
    ≈≈≈
    
    No fui ni precoz ni tardía en el sexo. Bastantes de mis compañeras de escuela se iniciaron algo antes que yo. Seguramente en esto tuvo que ver mi descubrimiento del orgasmo.
    
    En aquellos años internet estaba en la cuna y, aunque en casa fuimos de los primeros en tener, era lento —cargar una simple foto podía tardar un minuto y ver un vídeo era casi impensable— y no se me ocurrió buscar más información allí.
    
    Sabía lo que era un orgasmo “según la enciclopedia”, pero de allí a la realidad había un abismo. Ciertamente que desde niña me masturbaba o más bien me tocaba, pero casi era como cualquier otra costumbre corporal que ...
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