1. La vida de Marta (Parte 1 de 3)


    Fecha: 09/06/2021, Categorías: Confesiones Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    Estábamos llegando al año dos mil cuando conocí a la que hoy en día es mi esposa. En esos años estaba terminado mis estudios para ingresar a la policía federal Argentina, ya era independiente y me ganaba la vida trabajando como vigilancia privada en distintos lugares, donde se podía, donde había alguna oportunidad.
    
    Fue amor a primera vista, esa noche al llegar el pub a relevar el puesto, pude verla en el fondo, entre mucha gente, a media luz. A pesar que estaba trabajando me arriesgué a llegar a ella, yo solo debía hacer custodia y mantener el orden, pero diablos, me jugué por ella.
    
    Estaba en la barra, con una amiga, bebían unos tragos sentadas en altos taburetes, Marta sin dudas era de ese tipo de chicas que me gustaban, delgada, lucía un jean celeste súper adherido a su cuerpo, y la forma en que estaba sentada sobre el banco solo hacía resaltar su culito redondito y respingón, un top blanco apenas debajo de unos pequeños pechos marcaban su vientre plano y bronceado.
    
    Al acercarme discretamente a su lado observé como una diminuta colaless apenas asomaba por la cintura del jean lo que me produjo una efervescencia adicional, tenía su rubio cabello recogido en una cola de caballo, dos grandes pendientes en forma de media lunas adornaban sus orejas, de ojos redondos y celestes, tan celestes como el jean, su boca de trompita de conejo sorbiendo de la pajilla de la copa dio color a la escena.
    
    No hablamos mucho, no podía hacerlo, apenas lo suficiente como para que se ...
    ... notara mi interés por ella y no por su amiga, insistí hasta robarle el número de su celular.
    
    Al día siguiente tendríamos nuestra primera cita oficial y casi sin conocernos terminaríamos haciendo el amor en un motel de la ciudad.
    
    Conforme fueron pasando los días nos fuimos conociendo, nos fuimos enamorando, y todo parecía ser perfecto, conocí a su familia, ella a la mía, en poco más de un año empezábamos a hacer planes de un futuro compartido.
    
    Sin embargo había algo que me hacía ruido, Marta era demasiado buena en la cama y eso llegaba a incomodarme, no hablábamos mucho de nuestro pasado sexual y cuando lo hacíamos ella disimulaba y desviaba la conversación, como sintiéndose incómoda antes mis preguntas. Era excelente mamadora de verga, y cuando la cogía en cuatro patas su esfínter se abría de una manera alarmante, era evidente que se la habían dado por el culo muchas veces, sin embargo, cuando yo intentaba hacérselo se negaba rotundamente y se ponía demasiado nerviosa.
    
    Y yo no iba a cuestionarla, o a juzgarla, al fin y al cabo yo también había hecho locuras con muchas mujeres antes de conocerla, podía entender que ella no fuera una santa.
    
    Una tarde como cualquiera habíamos ido desde su hogar hasta una casa de electrodomésticos, estábamos comprando las cosas para nuestro futuro hogar, y en el camino alguien gritó:
    
    —¡Marta! ¡Marta!
    
    Un tipo de nuestra edad se acercó en un rápido trote para darnos alcance, un moreno lleno de anillos y alhajas de segunda, con ...
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