1. SOY PUTA (VIII): Mi primer trabajo


    Fecha: 30/05/2021, Categorías: Confesiones Autor: ekaitza, Fuente: RelatosEróticos

    Tuve que coger un autobús y luego caminar unos 500 metros porque no hay paradas cerca, así que llegué que me faltaba el aire. Había dos matones en la puerta, con pinta de chulos, altos, delgados y muy macarras que me miraban de arriba abajo, extrañados y por encima del hombro. Uno de ellos me puso la mano en el hombro cuando estaba a punto de pasar el umbral de la puerta y me preguntó qué quería, entonces le contesté que iba a pedir trabajo allí, cosa que le hizo cambiar la expresión de extrañeza por la de asombro. Con esa expresión entró en el local, supongo que buscando a su jefe mientras el otro esperaba fuera conmigo. No paró de mirarme con detalle, como escrutando el material y luego miró hacia otro lado con cara de satisfacción. Volvió el otro matón y me dijo que le acompañara. Pasé adentro con él y vi por primera vez cómo era un "puticlub" por dentro.
    
    Se trataba de un bar, un disco-pub. No había mucha gente, sólo un par de hombres acompañados cada uno de una chica, y cuatro chicas más haciendo un corrillo en una esquina que me fulminaron con su mirada, además de unos matones más. Ellos parecían españoles, ellas todas extranjeras. Nosotros pasamos de largo el bar y nos metimos por una puerta. Había un pasillo con puertas a los lados y una al final, por la cual entramos a un despacho, donde estaba el hombre que regentaba el local –nunca supe si el dueño era él o alguien de más arriba-. El despacho tenía un escritorio (donde estaba él sentado), unos sofás y una ...
    ... puerta. Me invitó a sentarme enfrente suyo y pidió al segurata que nos dejara solos. Empezamos a hablar, y se le veía claramente sorprendido con la situación. No era muy normal que una chica de 18 años se presentara en un club pidiendo trabajo, y pareció gustarle lo que tenía enfrente. Me dijo que quería asegurarse de algunas cosas, así que me preguntó sobre mi vida privada. Yo le desvelé lo justo, además de algunas cosas que supuse que querría oír. Me pidió el carnet de Identidad y comprobó que ya había cumplido los 18 años, y tras devolvérmelo me dijo que no era lo único que quería averiguar, pues yo debía también demostrar lo que soy capaz de hacer. Se levantó, se puso frente a mi, y me dijo que le hiciera una mamada allí mismo, sentada en la silla y él de pie frente a mi. Me puse a ello y después de un rato salivando, lamiendo y pajeando con los labios esa polla, me levantó de la silla, se sentó en la suya y me hizo ponerme de rodillas para seguir con la faena un rato más hasta que se corrió. No me gustó nada lo que hizo entonces: me agarró la cabeza y me hizo metérmela toda mientras se corría. Yo me ahogaba y cuando me soltó no paré de toser y dar arcadas. Le pregunté entre tosidos por qué había hecho eso y él me dijo que para trabajar allí había que aguantar eso y cosas un poquito peores. Entonces llamó a dos de sus seguratas - y les hizo venir al despacho. Mientras llegaban me dio unas toallitas de papel para limpiarme las lágrimas que me habían saltado con las nauseas y me ...
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