1. Mi Tio El Ranchero 3ra. Parte


    Fecha: 21/05/2021, Categorías: Anal Fetichismo Gays Autor: Juan_Ivan, Fuente: xHamster

    ... contestó con un ademán de que no estuviera chingando gente. Ahora intervine yo: "Sí apá, vas a estar más a gusto, ándale... ¡yo te ayudo a quitarte la camiseta!". Mi papá con un semblante de quien se da por vencido ante la necedad de otros, aventó la revista, se quitó los lentes y levantó los brazos como niño chiquito para que se la quitara.Rápido me hinqué en la cama, lo que claro, hizo que yo y mi erección quedáramos completamente expuestos. Estaba demasiado ocupado como para voltear a ver qué cara ponía mi tío. Le quité la camiseta, y ya iba por los calzones, cuando me hace un ademán de que me esperara, que él solito se los quitaba. Me volví a acomodar bajo la sábana y si correr su parte de sábana, se quitó los boxers por debajo, los sacó, los levantó para que los viéramos y pregunta: "¿Ya contentos?... ora todo mundo a dormir".¿Dormir?... ¡no por dios!... ¿quién podría dormir en esas condiciones?: YO NO.Mi papá volvió a tomar sus lentes y la revista. Se puso a leer como si el estado de desnudez fuera de lo más común para él, pero ¡YO SABÍA QUE NO! Por encima de mi papá, alcancé a ver la cara sonriente de mi tío que me dijo: "Buenas noches mocoso, que descanses... si puedes". Ese comentario estuvo de más, pero no tuvo consecuencias. Se acomodó en su cama y pasó muy poco tiempo antes de que sonara su primer ronquido.Bueno, una vez desechado mi tío, le dije a mi papá en voz baja: "Pá, ¿me haces piojito en la espalda como cuando estaba chiquito?". No contestó nada, sólo ...
    ... cambió la revista de mano y con la libre buscó mi espalda, sin quitar los ojos de la revista. Casi di un brinco para voltearme y acostarme boca abajo, lo más pegado que pude a él. Desde mis tobillos hasta mi cintura, podía sentir los vellos sedosos de su pierna y su cadera. Era una sensación nueva y deliciosa. Excitante y relajante a la vez. No sabría describirla.Su mano empezó por el centro de mi espalda con dedos muy sutiles, a penas tocaba mi piel. Me acariciaba en círculos en un mismo lugar, pero luego hice un movimiento para indicarle que avanzara, que cambiara de zona. Sentí el movimiento de la cama, como que se acomodó para poder hacerlo mejor. Esta vez subieron sus dedos hasta mi pelo. Qué rico se sentía. Casi me duermo, pero no, ¡nada de dormir esa noche! Le volví a dar indicaciones de que avanzara más, y ahora empezó a bajar los dedos por mi espalda hasta el tope de la sábana que estaba justo en mi cintura. ¡Pinche sábana!Rápido con una mano la aventé y quedó mi trasero expuesto. Como que dudó un rato porque se quedó acariciándome la cintura y hacia arriba, pero finalmente que se decidió y bajó hasta la redondez de mis nalgas... ¡eso era el cielo! No sabía que una zona tan poco apreciada como el trasero, pudiera prodigar sensaciones tan chingonas. Lentamente pasaba de una nalga a otra y bajaba por mis piernas hasta donde le alcanzaba el brazo, luego volvía a subir, todo con las puras yemas de los dedos. Luego vino una avanzada de su parte, porque sentí cuando sus dedos ...
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