1. La venganza del ciego


    Fecha: 14/05/2021, Categorías: Incesto Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... más largo y más fuerte de su vida. Con tanta fuerza le vino que se tuvo que quitar de encima del ciego y acabar de correrse a su lado, en posición fetal y estremeciéndose como si estuviese temblando de frío.
    
    Marta, a punto de correrse, y viendo como disfrutaba Aurora, le preguntó a Adelita:
    
    -¿Quieres que me corra en tu boca o que me aparte?
    
    -Dámela, quiero beber mujer.
    
    Unos segundos más tarde, el cura, veía como Marta, con los ojos en blanco, gemía y se convulsionaba, y como de las comisuras de los labios de Adelita salían pequeños riachuelos de flujo de la descomunal corrida, excitadísimo, le dijo a Adelita:
    
    -¡Ahora te voy llenar yo el coño de leche!
    
    Sebastián sintió como Gerardo se echaba encima de él, como le abría las cachas y como se la clavaba en el culo. Le entrara sin dificultad. Con toda la verga dentro, le dijo el cura al ciego:
    
    -¡Me cago en tus muertos, Gerardo!
    
    -Antes deberías mover el culo y saludar al vivo.
    
    El cura no podía zafarse porque al lado del ciego era un tirillas. Si quería follar a la hija tenía que mover el culo y follar también al padre, y fue lo que hizo.
    
    Unos ...
    ... minutos más tarde, le preguntaba el ciego:
    
    -¿Te gusta, Sebastián?
    
    -¡¿Cómo me va a gustar si me estás rompiendo el culo, maricón?!
    
    -Entonces te la quito. Ya perpetué mi venganza. Ahora ya no siento odio, lo que me das es pena.
    
    El cura, mintiera, le gustaba que le follara el culo. ¡Vaya si le gustaba! Por eso le dijo:
    
    -Las venganzas se llevan hasta el final o no son venganzas.
    
    Gerardo, pensando que lo vacilaba, lo amenazó.
    
    -¡A que te follo el culo como si fuera un coño!
    
    -¡No tienes cojones!
    
    Sebastián, se cabreó.
    
    -¡Qué no!
    
    El ciego le folló el culo, se lo folló hasta, que Marta le metió a él un dedo en el culo, y se corrió dentro del cura. Se produjo el efecto carambola. El cura, al sentir la leche calentita en su culo, se corrió en el coño de Adelita, y Adelita, al sentir la leche calentita del cura dentro de ella, se corrió, diciendo:
    
    -¡Me corro, maricones, me corro! ¡¡¡Me cooorro!!!
    
    El ciego se había vengado del cura, pero la había hecho buena, desde ese día, el cura, ya no iría a su casa a follar sólo con su hija y con la amiga de turno.
    
    Se agradecen los comentarios buenos y malos. 
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