1. Regalo de Navidad


    Fecha: 05/05/2021, Categorías: Sexo con Maduras Autor: oscareduardo, Fuente: SexoSinTabues

    ... cubiertos con una pequeña cantidad de masa muscular que le daba un aspecto esquelético. Sara al sentir su compañía sacó fuerzas y lo abrazó contra su pecho, Orlando sintió como su corazón se aceleraba un poco y se sintió agradecidos porque se dio cuenta que a pesar de la dificultad física todavía su presencia lo hacía latir un poco más fuerte, quiso besarla pero sus labios tropezaron con una pequeña manguera que le llevaba el suministro de oxígeno a sus debilitados pulmones. Sara a sabiendas que podía fatigarse se quitó la manguera y Orlando pudo posar sus labios mustios en la boca de Sara, fue un beso diferente, un roce de dos bocas cansadas y de unos labios resecos, pero era una muestra de cariño muy grande. Orlando trato de pasar su pierna por encima del cuerpo de Sara pero el peso de las cobijas era grande y para él era una dificultad penosa pues no podía hacer esfuerzos físicos y esas cobijas pesaban mucho. Sara sin embargo le ayudo a manipular las cobijas para dejarle un espacio adecuado y tratar de recibir alguna caricia oral en su cuerpo. Orlando acarició esos senos casi caídos, como pudo acercó sus labios a esos pezones adormecidos y succionándolos con suavidad empezó a besarlos, lo creía una causa perdida pero para su sorpresa una leve erección de los mismos lo animó a seguir adelante. Para aumentar su dicha un ligero cosquilleo empezó a invadir su bajo vientre, era un inicio de una erección . ? Orlando había tomado a escondidas una pastilla potenciadora sin tener ...
    ... en cuenta prescripciones de ninguna índole, quería probar si los medicamentos que ayudaban así fuera momentáneamente a tener una erección servían de algo, el resultado parecía que lo confirmaba pues además del fármaco necesitaba un estímulo sexual y ese estímulo era el amor a Sara. Las cobijas fueron rodando a lado y lado de la cama por los esfuerzos de los dos amantes para tener un mejor contacto, Sara sentía que su vagina empezaba a secretar pequeñas cantidades de lubricante que humedecían su vagina, Orlando notaba que la erección iba aumentando gradualmente, el frío de esa noche decembrina se iba disipando frente al calor interno que emanaba de sus cuerpos. Las manos temblorosas de Orlando buscaron el sexo de Sara, su pubis estaba cubierto por una porción pequeña de pubescencia que casi le daba el aspecto de un pubis depilado, buscando a ciegas debajo de las cobijas encontró la abertura de esa vagina tan añorada, estaba un poquito húmeda, metió su dedo y empapó su punta con ese efluvio y lo llevó a la boca, hacía tanto tiempo no probaba ese delicioso néctar vaginal, lo probó una y otra vez, como un buen catador trata de capturar todas las propiedades organolépticas de un buen vino, quizás esas sensaciones ayudaron a una mejoría en su erección , el fármaco y el gran estímulo sexual estaba surtiendo efecto, se sintió feliz y creyó que su odisea tendría un final feliz. Haciendo otro esfuerzo logro levantar la gruesa cobija para dejar al descubierto las piernas de Sara, ella ...