1. Con la madre y con la hija, un trío a puro garche


    Fecha: 05/05/2021, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... seducción, todos los ingredientes para alimentar la lujuria, desde el delicioso aroma de la piel húmeda, suavemente perfumada, hasta la gestualidad estudiada, ponían marco a una actuación plena de encantadora seducción.
    
    —Mi hija me encargó que te atienda bien… —dijo con mohín súper sensual, remarcando “bien…” con pausa incluida.
    
    La observé, expectante, dejándole el centro de la escena. Con gesto natural, estudiado, saltó al vacío, abrió la bata y dijo:
    
    —¡Dejó esto… para vos! —suave gesto, con las manos señala su figura desnuda, su humanidad expuesta— ¡para vos! ¡Todo para vos!
    
    —¡Claro! ejem… claro.
    
    Siempre la había imaginado de ese modo, pero no tan pronto, ahora la realidad superaba mis ruegos, evalúa mi sorpresa inicial y aprovecha para tomar las riendas de la acción:
    
    —¡Tómame… todo es tuyo!
    
    Magnífica, piel blanca y tersa, carnes firmes, pechos desafiantes y esa “sonrisa vertical”, enmarcada por vello renegrido suavemente enrulado, los labios asoman indiscretos permitiendo ver el brillo del deseo contenido.
    
    Sin palabras, la urgencia de ella y la calentura mía hicieron el resto.
    
    Los labios sellaron un pacto de silencio y acción, las manos reptaban sobre las carnes buscando los huecos y las curvas para anidar en ellas como palomas.
    
    Latíamos en la misma frecuencia, ansiábamos del mismo modo, alucinamos con la posesión y la rapiña del cuerpo ajeno, sentirnos en la comunión de la carne y enredados en la tempestad del deseo impropio pero que nos ...
    ... acechaba como león hambriento y ahora nos devoramos para satisfacer el hambre de poseernos. Este era nuestro momento, la erupción del volcán del deseo hecho carne, la carne hecha brasa ardiendo en nuestro sexo.
    
    Sobre el lecho que sabía de sus largas noches sin sexo, ahora la contenía para saciar el hambre atrasada conmigo.
    
    Este encuentro tenía una estética diferente a todas mis anteriores relaciones, motorizada por la urgencia de Graciela, regido por la dosis de erotismo que emanaba de todo su ser, el ambiente de pecado carnal y promiscuo aportaba morbo como para derretir a un témpano.
    
    Nos recorrimos cada centímetro de piel, labios y lengua para descubrirle el placer escondido en lamida exploratoria, hasta dejarle los pezones bien rojos y marcados de tanto mamarla; un sendero de saliva sobre el vientre deja el rastro hasta la misma cueva del deseo.
    
    La almeja se abre para soportar el tratamiento bucal como a nadie, trabajar la lengua entre los labios y en el clítoris, tan intenso que la arrastró antes, de lo deseado, en un explosivo orgasmo. Un volcán en erupción, liberando toda la calentura contendida, desborde incontenible, la dejó al borde del desmayo, se dejó llevar por mí al paraíso del placer hasta quedar exhausta y colmada del placer.
    
    La mirada perdida, la mente en blanco, el corazón latiendo a mil y el cuerpo desarticulado, huellas del tremendo goce transitado.
    
    Acariciaba la humanidad pasiva del cuerpo gozoso, me gratificaba y hacía sentir poderoso haber ...
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