1. Cosquillas en vacaciones (2)


    Fecha: 26/04/2021, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cuando en cuando, le dije: -no te preocupes, yo traigo unos de sobra- eso pareció tranquilizarla, la verdad no sé por qué, pues un sujetador no es nada... pero el pretexto fue excelente, pues los dos quedamos solos en la piscina y ella era muy buena nadadora. Sabía flotar demasiado bien, y de repente sacó del agua su par de pies. Noté como sus delicadas plantas estaban ya arrugadas por el agua. Sin contenerme ni reprimirme, tomé uno de ellos (no alcancé a cachar el otro) y lo sostuve. Ella, sabiendo flotar, siguió el juego.
    
    Le pregunté...-¿tienes cosquillas?- al momento que le sobaba la planta del , y ella me regaló una sonrisa que aún me excita: -sí, soy cosquilluda, ji,ji, pero con el agua ya no tengo tanta sensibilidad- y era cierto, pues sus risas eran como de una niña pequeña que disfruta cuando su tío o su papá le cosquillea su piecito. Yo seguí cosquilleando ese pie del número 26, según me confesó a base de cosquillas, y ella reía...ju,ju,ju, pero no se resistía. Gracias a Dios el agua tapaba mi erección, y fue mayor cuando le pregunté...-¿en dónde tienes más cosquillas? Ella me respondió: -¡ahí¡, ja, ja, ja, ja,¡ en mis arcos¡¡¡
    
    Me imaginé que quizá fuera del agua sus pies recobrarían sus sensibilidad común y ella sería aún más vulnerable, así que luego de un laaaargo rato de cosquillas me calé, espere a que se pasara mi erección y me salí de la piscina. Ella salió al poco. Mientras yo me excitaba con esa chulada de mujer, mis amigos durmieron una siesta, y ...
    ... ahora que estábamos afuera, tenían ganas de salir a la calle a dar la vuelta. Yo obviamente me hice el cansado y no los acompañé, pero Morena sí. Las otras dos chicas ya se habían dormido, así que sólo quedamos despiertos Debora y yo, aunque ella ya tenía sueño.
    
    Se acomodó en su cama, y yo me auto-invité a sentarme, junto a sus pies. Éstos ya estaban secos, yo siguiendo el juego le cosquilleé una planta sobre la sábana, y le pregunté:-¿dónde está el otro?- -aquí- respondió ella, mientras botaba la sábana con los pies. Ya juntos, en silencio, noté que tenía un lunar en la planta del pie izquierdo, justo sobre el arco, justo sobre su zona más sensible. Le hice más cosquillas, incluso olí sus pies, pero ella ya no reía a carcajadas, más bien parecía relajarle y ayudarle al sueño, pues me dijo: - por qué me haces cosquillitas? – yo, me quedé frío, y le dije...-no lo sé, ¿no te gusta?- ella contestó-no, no me molesta, me relaja...se sienten rico- y así siguió el juego, hasta le olí sus pies, y ella sonriendo me preguntó:-¿por qué me los hueles? ¡huelen mal?- pero no olían mal, olían a chancla. Debora disfrutó mis cosquillas hasta que se quedó dormida y yo, caballerosamente le tapé sus pies con la sábana nuevamente. Tenía ganas de besarlos, pero me contuve, quería esperar a que estuviera rotundamente dormida para no correr riesgos.
    
    Pero en eso, llegaron los otros, y Morena con ellos. Ella, al verme a los pies de debora debió sospechar algo, pero no me lo dijo, pues hasta volví a ...