1. Nuestras vacaciones en el Caribe


    Fecha: 24/04/2021, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... tan deseable, que hasta me dieron ganas de tirármela ahí mismo
    
    Como a las 9 de la noche, nos fuimos a la discoteca, donde nos habíamos citado con la pareja, la cual se encontraba muy concurrida. Era un salón bastante grande y había más de un centenar de personas bailando. El ambiente estaba muy caliente y pronto nos encontramos con Joseph e Isabella Después de pedir unos tragos, nos integramos con el resto de gente, bailando y tomando, mezclados con todo el mundo y por momentos nos perdíamos uno del otro, al rato nos encontrábamos otra vez y así estuvimos casi hasta medianoche. Como a las 12, me percaté de que hacía rato no veía a Sofía y empecé a buscarla. A lo lejos observé a Isabella bailando entre un grupo de gente y con los brazos me saludó. Seguí buscando en la penumbra y aprovechaba cuando las luces giratorias de los reflectores me lo permitían hasta que la encontré.
    
    El corazón me empezó a latir aceleradamente. No podía cree lo que veía. Estaba con Joseph en la parte más oscura y lejana de la pista de baile. Bailaban abrazados y se besaban apasionadamente. El tipo la abrazaba por la cintura y le sobaba las nalgas. Ella le correspondía abrazándolo por el cuello y pegando su cuerpo al de él. Me acerqué un poco más y me quedé petrificado durante unos minutos observando el tremendo morreo que se estaban dando Joseph y mi esposa. Ahora el tipo tenía metida su lengua en la boca de Sofía que entrecerraba sus ojos, acariciándolo por la nuca, al compás del largo y ...
    ... profundo beso.
    
    Me quedé medio escondido para averiguar que más se traían entre manos pero las intermitentes luces hicieron que se separaran y disimularan con el resto de gente que bailaba alrededor.
    
    Me regresé a donde estábamos y decidí esperar a que Sofía apareciera. No demoró mucho y al cabo de unos 10 minutos, regresó diciéndome que había ido al baño a retocarse. La noté muy cachonda y decidí enfrentarla.
    
    Le dije que la había visto con Joseph, a lo que ella sorprendida me contestó que no sabía que le había pasado, pero que desde que llegamos de vacaciones allí, el deseo desenfrenado de hacer el amor con otro hombre la tenía desesperada y que al conocer a Joseph, supo que él era el tipo adecuado. Además de que él se le había insinuado varias veces en la piscina y en la playa, donde al parecer habían coincidido.
    
    Yo le comenté que la verdad ya la había notado muy lanzada y que aquello me tenía también con una morbosa ansiedad. Si ella quería aquello, lo aceptaría, pero intercambiando con Isabella, porque la verdad es que ella también me gustaba mucho. Además, estábamos en otro país y nadie nos conocía.
    
    En eso aparecieron Joseph e Isabella y él, con mucho disimulo nos saludó como si no hubiera pasado nada y nos sugirió irnos a un lugar más privado donde hubiera menos gente. Le respondí que fuéramos a la suite de nuestro hotel, que era muy amplia y allí estaríamos más cómodos. Todos estuvimos de acuerdo y en el fondo sé que mi esposa estaba más que encantada ya que así ...
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