1. Dos chiquillas promiscuas para mi


    Fecha: 13/04/2021, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... su cuquita. Terminé de penetrarla y ella permanecía alli sentada sin moverse, yo tampoco. Mi verga solo se fue acomodando en tan reducido agujerito. Ella pujaba. Luego la tomé de la cintura y la subía y la bajaba, primero era muy poco, pero conforme pasaban los segundos, la subía más y la dejaba caer sobre mi verga. -te gusta asi?- le pregunté, y ella me dijo que si con la cabeza. Sus manos tapaban su boca en ese momento. Segui asi por varios minutos, no se sentía mucho placer asi, pero mi verga seguía bien empalada dentro de su vagina. Ahora yo ayudaba, a moverme dentro de ella. Creo que ahora ella sentía más placer que incomodidad. Comenzó a gemir y gemir, eso me excitaba más. Decidí que se diera la vuelta, es decir ahora quedó sentada en mis piernas, pero de frente a mi, eso me dio oportunidad de desabotonarle su blusa del cole y besar y chupar sus tetitas, eso ayudó mucho porque ahora ella se movía solita y gemía mucho. De pronto se fue para atras, tuve que agarrarla, le vino un rico orgasmo en ese momento. Nos detuvimos para que gozara su venida y solo me quedé chupando sus tetitas. Luego la cargué en peso sin mover mi verga de su panochita y me senté en el sofá, seguimos cogiendo rico, ahora con más libertad, nos besamos mucho, ella ...
    ... siguió cabalgándome la verga despacio, pero rico, y la llevé a otra corrida varios minutos después. Ahora era mi turno, ya lo quería. Me vine dentro de su vagina, lo hice porque sabía que aún no menstruaba la pequeña, no había riesgo de embarazo. Fue un gran chorro de semen que le deposité en su panochita. Terminamos y ella siguió en la compu. Yo me fui a mi habitación. Desde entonces, ya no hubo que ocultar nada. Las hermanas sabían que ambas tenían sexo conmigo. Asi que se turnaban para visitar mi habitación cada fin de semana y salir con leche en su panochitas. Aveces la dos en el mismo día, las penetraba de varias posiciones, sus panochitas eran tiernas y deliciosas, no es que uno sea diferente, pero no hay más delicia que unas vaginas humedas, calientes y estrechas. Les enseñé a tragarse de vez en cuando mi esperma. Las besaba por todo su cuerpo, incluso les daba el beso negro todo el tiempo. Los condones se volvieron artículos de primera necesidad en mi casa. Nunca las tuve a ambas en mi cama, eso fue una lástima, ya no dio tiempo porque se apareció mi prima. Su mamá se apareció como un año después. Ya casada y con un tipo grande, al parecer con dinero. Se las llevó al norte. Ya me había encariñado con ellas. Dejaron hasta su ropita. 
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