1. La cocinera y la sobrina. Sexo en la Granja.


    Fecha: 11/04/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... la aparté y la puse acostada en la cama, le arranqué literalmente su braga y le abrí sus delgadas piernas y comencé a chuparle la panochita, no me importó que los primeros olores y sabores fueran de su orina, la limpié con la lengua y después me puse a comerle el botoncito de su clitoris y sus labios vaginales, la pequeña se retorcía en la cama como si fuera una lombriz, daba alaridos en vez de gemidos, yo la callaba cada poco, porque nos podría oír Alicia. La llevé un bestial orgasmo a la pequeña Alberta que aulló toda su venida. Ya se había calmado cuando inoportunamente tocaron la puerta, yo dejé de comerle su panocha y pregunté quien era, a pesar que solo eramos tres en la casa, era Alicia y me decía que venía por Alberta, que debía irse a dormir que ya era tarde. La pequeña comenzó a buscar su braga y a pesar que yo la había roto, se la puso asi y me dijo buenas noches, abrió la puerta y alli la esperaba Alicia. A pesar que yo la había gozado, me quedé sin coger esa noche, me tuve que hacer una paja. El día siguiente, noté rara a Alicia la cocinera. No me dirigía la palabra, pensé que se había dado cuenta de lo de anoche con su sobrina, asi que en la tarde ella estaba lavando platos, le intenté hablar, pero ella me contestaba con monosilabos, entonces ella me dijo -se lo que pasó anoche con Alberta!- me dijo. Yo iba a disculparme y a pedirle perdón y que guardara silencio, pero ella habló de nuevo, -espero que no haya nada serio con ella?- me volvío a decir. Oí un ...
    ... poco de celos en sus palabras y no tanto el hecho de seducir a su sobrinita. Entonces me acerqué por atras, la abracé y le dije que entre Alberta y ella, mi consentida era ella. Puse mi paquete en su prominente trasero. Levanté su vestido y acaricie sus muslos por atras, -señor no por favor, hágaselo a Alberta-, pero sus palabras solo me animaban más, le acaricie con las manos su duro y parado trasero. Le bajé sus bragas y ahora acaricie con mis dedos su peluda panocha, ella empezó a gemir y no hacía nada por evitar lo que le hacía. Uno de mis dedos se hundió en su raja y ella pegó un gemido, el dedo se lo bombee en su interior. Luego saqué mi verga del pantalón, ya la tenía paradisima, la puse entre sus nalgas y la froté entre ellas, que rico se sentía, estaba muy caliente. Luego la puse en la entrada de su panocha y la empujé suavemente mientras le acariciaba sus hombros y sus senos por encima de su blusa. la penetré, ella pegó un grito, -no por favor patrón-, me decía solo por inercia, pues ella gozaba cada bombeo que le daba en su gruta negra. La tomé de la cintura para metersela lo más profundo que podía en esa posición de pie. Metí mis manos entre su blusa y apreté sus buenas tetas y sus pezones. Ella llegó pronto a una corrida y yo aceleré para acompañarla, comencé a explotar y saqué mi verga de su raja y acabé sobre sus nalgas. Un exquisito y rápido palo. Me compuse el pantalón y le dije que esperaba que quedara claro que ella era mi preferida. No le dije que sería la ...
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