1. La cocinera y la sobrina. Sexo en la Granja.


    Fecha: 11/04/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... fin de semana, Alicia me dejaba cocinado para el fin de semana. Ellas dormian en la misma habitación. Un día, regresé muy tarde de trabajar y al entrar a mi habitación, estaba durmiendo Alberta, dormía de lado, y se le había subido la corta falda de la escuela y le podía ver bien su raído calzón, metido en su rayita y sus nalguitas apretadas. Vi que no estuviera Alicia y me subí a la cama, para verle mejor sus paradas nalguitas, nada mal pensé, que duritas y apretaditas nalgas se carga la pequeña Alberta. Me agaché y olí su panochita, me estaba empezando a empalar. Oi que alguien venía, Alicia tocó mi puerta y me dijo que ya era hora de dormir y que disculpara a Alberta por quedarse dormida en mi cama, -no te preocupes, seguro fue un día duro en la escuela y luego a limpiar, déjala un rato, ya se despertará y la mando contigo-, entonces ella se retiró. Cerré la puerta con pasador y me quité la ropa me quedé en camiseta y trusa, me fui acercando por atras y le puse mi paquete ya casi erecto pegada a las nalguitas de Alberta, quien no se movió entonces me animé a bajarme la trusa y arrimándome puse mi verga en sus nalgas, la pasaba de un lado a otro en su traserito. Alberta no se inmutó ni se movió de nuevo, yo estaba sumamente excitado y caliente, ya no estaba para medir consecuencias. Asi que tomé la decisión de bajarle su braguita, que tenía flojito el elástico por lo viejo. Le bajé su braguita poco a poco, hasta que descubrí sus nalguitas prietas y en medio su panochita con ...
    ... escasos pelitos, puse mi verga contra sus nalguitas y también entre sus nalguitas piel a piel. Sentí los pelitos de su rajita contra mi hinchado glande. En eso ella se despertó. MI corazón latió a mil por hora por lo que estaba haciendo. Me quité de inmediato y me cubrí hasta la cintura con las sabanas, ella despertó y se vio su braguita abajo e hizo lo que menos esperaba, sin subirse su braga, se metió entre las sabanas conmigo y me abrazó, sus manos sobre mi torso, y su cabeza en mi hombro, sus pequeñas manos acariciaban mi pecho y mi estomago, aún tenía la gran erección allá abajo. Sus grandes ojos negros me miraban y yo la miraba a ella, su mirada me decía que quería algo conmigo. -patrón, le gusta mi colita?- me dice la pequeña Alberta -la tienes increible- le contesté, ella se río. Su pequeña mano bajó por mi vientre y tomó mi verga con su mano, la envolvió y la empezó a masajear. Lo hizo varios segundos. Entonces bajando las sabanas, dejó al descubierto mi erección, ella se acercó y le dio algunos besitos en la punta y después al tronco. Luego metió el glande entre su boca y comenzó a chuparla como si fuera una paleta de dulce. Yo me retorcía de placer en la cama, la poca experiencia de la pequeña hacía esto más excitante. Poco a poco la fue metiendo en su boca tratando de meterse lo máximo, sentí su tibia boca y yo la alentaba para que la chupara más profundo. Mi erección no podía ser más dura y grande. La pequeña me dio una deliciosa mamada de verga esa noche. Luego ...
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