1. El viaje alucinante


    Fecha: 05/04/2021, Categorías: Lesbianas Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... sacó una billetera de piel repleta de billetes de mil pesetas. Le dio 2 billetes a mi madre y le dijo:
    
    -¿Será por dinero?
    
    Sara, mi hermana pequeña, exclamó:
    
    -¡Somos ricos!
    
    Mi madre sabía que aquel dinero se lo iba a pulir en putas, ¡en putas!, y ella con 42 años llevaba tres sin tener sexo. Se levantó y fue a la tienda a pagar lo que debía.
    
    Hubo paz tres días, al cuarto, le dijo mi padre a mi madre:
    
    -Mañana vamos todos a Segovia a ver la casa que heredé. Si os gusta nos mudaremos a vivir allí.
    
    -¿Y vas a dejar el trabajo?
    
    -De zapatero se puede trabajar en cualquier sitio.
    
    -Yo no voy.
    
    A mi madre le cayó una ostia.
    
    -¡Tú vas!
    
    Mi madre estaba asustada, aun así le dijo:
    
    -No hay sitio en el coche para siete, Fermín.
    
    -Se hace, y no iremos siete, iremos ocho, Pedro quiere conocer Segovia. Iremos por la noche, hay menos tráfico.
    
    -Ese borracho...
    
    Mi padre volvió a levantar la mano.
    
    Esta vez no le iba a dejar. Me levanté de la banqueta y le dije:
    
    -¡Bájala si tienes cojones!
    
    Mi padre me miró, y como estaba borracho, no la bajó, pero me las iba a guardar. Se cabreó y gritó:
    
    -¡¡¡Todo dios para cama!!!!
    
    Al día siguiente, por la noche, en el asiento trasero iba yo con mi madre sentada en mi regazo, (creo que ese era el castigo por haber desafiado a mi padre) mis hermanas y mi hermano, apretados, iban a mi lado. En el asiento delantero, con toda la comodidad del mundo, iba mi padre y su amigo Paco, un borracho que lo mismo le ...
    ... daba al vino que al anís.
    
    Poco después de arrancar el coche, al coger el primer bache, sentí el culo de mi madre chocar con mi polla dormida. Aquello iba a ser un viaje alucinante, pues la carretera estaba llena de baches. Al quinto bache, o al sexto, ya no recuerdo bien, mi polla se puso dura. Mi madre, que llevaba años sin nada duro entre las piernas, asentó la raja de su culo sobre ella. Cuando llegaba un bache movía el culo un par de veces hacia delante y hacia atrás. Aguanté unos 5 kilómetros, pero en uno de esos baches, eyaculé. Mi madre sintió como me corría. Paro de mover el culo.
    
    Unos veinte baches más tarde ya se me puso de nuevo la polla dura. Mi madre siguió con el ritual, bache, movimientos, en uno de ellos, me preguntó:
    
    -¿Te cansas, cariño?
    
    -No.
    
    Saltó el cabronazo de mi padre.
    
    -¡Y si se cansa que se joda!
    
    El borrachín de Pedro, le daba por el palo.
    
    -¡Con dos cojones! Que se note quien manda.
    
    Unos kilómetros más adelante, mis hermanas y mi hermano se quedaran dormido. Mi madre, me dijo al oído:
    
    -Cuando me levante quítala.
    
    Se levantó y poniendo el cuerpo entre los dos asientos echó una mano a la guantera y con la otra se quitó las bragas. Mi padre se puso furioso.
    
    -¡¿Qué coño haces?!
    
    -Quería coger la bayeta para limpiar los mocos de Sarita.
    
    -¡Qué se los coma!
    
    Saqué la herramienta, Le levante la falda a mi madre. Ella se sentó en mi regazo buscando el capullo. Mi gran cipote, empapado de aguadilla y semen, entró con una ...