1. Anoche soñé contigo - Sexta parte


    Fecha: 25/02/2021, Categorías: Primera Vez Tabú Voyerismo Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster

    ... voz alta, sin querer, Toto continuó:—Tus... tus caderas —dijo, no queriendo ser grosero.—Gracias — dijo Chabela, sonriendo, pues, pese a saber que en realidad se refería a sus tremendas nalgas, aceptaba aquello como un halago.Chabela, en retribución, batió el culo con gran sensualidad, repegándolo al pubis del muchacho. Y si bien este fue un gran regalo, el mejor que le hubiesen hecho al chico en su vida, lo cierto es que lo hizo eyacular de inmediato. Así se mezclaron sus espermas con los del Papá de Quique, nadando en el mismo pozo de placer. En ese momento, Toto se hallaba en el mismísimo paraíso. Sin ser consciente de ello, había cumplido con el máximo propósito en la vida, y ésta le recompensaba con un placer apenas vislumbrado en sus mayores sueños húmedos.Por unos minutos, ambos jóvenes descansaron acostados, uno a lado del otro, en aquella cama que permanecería en el recuerdo de Toto por tantos años, todo ello: el olor, la calidez del cuerpo femenino a su lado, la mano que se entrelazaba con la suya propia, y las caricias. Aquellas caricias con que Chabela le hizo levantar la erección nuevamente en unos cuantos minutos. Nunca antes le habían acariciado los testículos, y aquellos roces con las yemas de los dedos que la chica le hizo fueron sumamente deliciosos.Notándolo erecto, Chabela se incorporó y con el debido cuidado y habilidad se lo insertó, dejando descansar su peso en el vientre de Toto. Éste la recibió tomándola de las nalgas, queriéndole brindar el mejor ...
    ... de los asientos.La chamaca se arqueó, demostrando que tenerlo adentro también le provocaba enorme placer. El peso era considerable para el chavo muchacho; era diferente a sus fantasías, donde no había considerado el peso, aunque sí el volumen de Chabela, pero a la vez esto lo hizo aún más real. Por fin tenía a una mujer sobre él; una que se disponía a cabalgarlo como si de un potro se tratara.La chica inició, balanceándose suavemente de adelante a atrás. Toto sintió un placer relajado, sin premura. Las manos del chico acariciaron la tersa piel de las nalgas y de las caderas; luego la tomó de la cintura acompañando el movimiento del vaivén.Los gemidos, combinados con algunas risillas de la joven, daban una atmósfera muy diferente al encuentro, una muy distinta a la que había tenido con el padre de Quique hacia tan solo unos minutos. En aquella había dominado el brío de aquél, la necesidad del desahogo masculino que no busca más que saciarse. Ahora era ella quien guiaba la cópula con más suavidad, pero también con mayor cariño; con ganas de disfrutarlo de verdad. Casi como un divertido juego entre chicos de la misma edad. Chabela colocó sus manos en su baja espalda y comenzó a balancearse más como si estuviese bailando: sus caderas rotaron de acá para allá, su torso se contorsionaba rítmicamente, al ritmo de su amadaSonora Tropicosa, como si ésta amenizara el encuentro.Luego el ritmo y la intensidad se incrementó. El movimiento oscilatorio cambió a uno más trepidante, hasta ...