1. Mis dos familias - 01 de 10


    Fecha: 23/02/2021, Categorías: No Consentido Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... nos cruzábamos. Conocía a todo el mundo y con todos hablaba.
    
    -Javi se te va a caer el chiquillo. ¿Qué tienes pensado hacer luego? Pásate por mi casa quiero que me arregles…, y el contestaba y sujetaba mis piernas con fuerza para que no me cayera.
    
    A veces lo veía durante el recreo, allí estaba tras las rejas que cerraban el patio donde jugábamos, me hacía una señal para que me acercara y me daba un caramelo, también a los niños que iban conmigo. Varios amigos suyos nos gastaban bromas y nos animaban en el juego desde detrás de la reja, me sentía importante, él lograba que tuviera ese sentimiento.
    
    Para comer me recogía y otra vez en sus hombros por la calle corría rápido. Era único e increíble. Las tardes, cuando el tiempo lo permitía, me llevaba al parque, y me sentaba para verle jugar con sus amigos, al fútbol, o a encestar unas canastas mirándome cuando le aplaudía. Tenía muchos amigos, todos lo eran y unos cinco o seis resultaban inseparables cuando tenían tiempo para reunirse. Esos años viví entre chicos jóvenes, todos rondaban la veintena, niños todos aunque para mi fueran mayores, y resulte siendo su juguete que se disputaban para llevarme en los hombros y hacerme rabiar…, y quererme.
    
    En aquella temprana edad, me daba cuenta de que los chicos mayores tendían a protegerme, como si les saliera el sentimiento de hermano mayor o de padre para conmigo.
    
    Resultaban días felices, y llegábamos a casa sudados y sucios, me bañaba y colocaba el pijama para que mamá ...
    ... me viera limpio cuando llegaba, a veces tarde y cansada por motivos de trabajo, decía a menudo que estaba harta metiéndose en la cama.
    
    Llevaban un tiempo que a veces discutían y otros días reinaba la paz, los momentos más felices en familia.
    
    -No puedes continuar así Javier, tienes que trabajar y ayudarme, las facturas no se pagan solas. -y mamá parecía enfadada, entonces mi padre la abrazaba la cintura por detrás cuando estaba descuidada y la besaba el cuello.
    
    -¡No! ¡No!, está el niño delante, no quiero. -decía que no quería pero giraba la cabeza para que papá la besara en la boca ante mi sonrisa boba. La cogía en sus brazos como hacía conmigo y me guiñaba un ojo.
    
    -Conecta la tele y mira los dibujos, enseguida volvemos. -hacía lo que me ordenaba, me gustaban los dibujos animados, y envueltos en la música de Heidi en su montaña escuchaba como mamá gritaba, pero sabía que no era de dolor porque cuando volvían lo hacía muy contenta y abrazada a mi padre. Conseguía lo imposible, poner contenta a mamá y se que resultaba muy difícil.
    
    Mi padre no conseguía un trabajo aunque sus amigos a veces trabajaban, él tenía que cuidarme y hacerme feliz, sin saber que iba a perderme.
    
    Tenía cerca de ocho años, los iba a cumplir en poco tiempo y solo pensaba en los regalos y la fiesta que papá me prepararía en el bar del barrio, lleno de gente cantándome. Ese día no corría por la calle aunque me llevaba sobre los hombros como siempre y comenzaba a impacientarme. Se detuvo cerca ...
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