1. Mi primera noche como trava


    Fecha: 22/02/2021, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Carl, Fuente: CuentoRelatos

    ... casi lista. Acabé por colocarme la peluca roja y finalmente me di brillo en los labios luego del carmín rojo. En el espejo vi a una bella muñequita de 1,78 de estatura, delgadita y con unas piernas torneadas y un culito respingón.
    
    Mi casero llegó a tiempo y lo recibí toda efusiva y sexy con gestos propios de una chica y la voz dulce que suele gustar a los hombres. Pedro traía una botella de vino y le serví una copa casi llena con la intención de pedirle que me diese de beber de su boca. Mientras él bebía sorbos cortos de licor, yo sumisa y complaciente me arrodillé entre sus piernas y desbaraté su compostura según le chupaba los dedos de los pies, lamía sus piernas y besaba su rica verga que aún estaba a media erección. Lamí sus huevos, le masturbé delicadamente, chupé su glande y se la mamé entera hasta tocar con mis labios las bolsas enormes que contenían su néctar.
    
    -Dame vino, papi -dije entre susurros- sin soltar su rabo ya duro. Pedro hizo el gesto de acercar la copa a mis labios y mirándolo con gesto de enojo erótico le respondí que quería beber de su boca. Mi macho se largó todo lo que quedaba en la copa y yo sugerente abrí mi boca para recibir el elixir de su cavidad. Eso es algo que me fascina, soy muy desinhibida y me gusta que el hombre que me va a usar me dé a beber saliva o cualquier líquido desde su boca. Me excita mucho al igual que lamer el sudor, lógicamente beber semen y desde hace poco, gracias a Pedro, la lluvia dorada.
    
    Como "profesional recién ...
    ... iniciada" suelo tener condones y lubricante para que me culeen pero precisamente usé el último el día anterior con Pedro. -No tengo condones, papi -dije apenada-
    
    -Tranquila amor -dijo él- agarrando mi verga mientras me besaba con lengua. Quiero dejarte preñada si no te importa y así hacemos paso de dos meses de alquiler. Mis ojos resplandecieron y como si de marido y mujer se tratara, lo llevé hasta la cama dejando que me metiera un dedo por el ano.
    
    Pedro se lubricó la verga y antes de clavármela, temerosa porque era la primera vez que me dejaba encular a pelo, le pregunté si no habría consecuencias. Me refería desde luego a una ETS. Pedro excitado me dijo que era a la primera trava que se tiraba y que me calmase pues su verga hace tiempo que no probaba ni coño y menos culo de nadie. Ni de tu mujer? -pregunté- -Ni de mi mujer -dijo-.
    
    El coito homosexual es morboso, es la clara representación del autoritarismo, de la fuerza sometiendo a la debilidad en igualdad de condiciones físicas. Pedro arremetió con furia por mi ano lubricado y golpeó mis entrañas hasta hacerme entornar los ojos y arañar las sábanas con gemidos dulces y un placer tormentoso hasta abrirme bien.
    
    Tardó lo suyo y me hizo gozar montado a mi espalda y con el sable adentro hasta los huevos. Su corrida inseminó mi feminidad, esa leche espesa que mi organismo absorbía, el esperma de un hombre formando ya parte de mi ser.
    
    Pedro encadenó un segundo amor sin sacarla. Era tremendo. Qué fogosidad. Y yo, ...